Grisolía gana tiempo para que Zaplana busque una salida al pacto lingüístico

El presidente del Consell Valencià de Cultura, Santiago Grisolía, aplazó la reunión de la comisión que ayer tenía que debatir, por tercera vez, la naturaleza de la lengua. Las posiciones enfrentadas de los consejeros, que habían llevado a un empantanamiento del debate, podía trasladarse al pleno previsto para hoy y desembocar en un callejón sin salida. La pelota está ahora en el tejado del presidente de la Generalitat, a quien corresponde desatascar la situación.

Santiago Grisolía alegó en la mañana de ayer que por estar de viaje no podría presidir esta comisión, que consideraba de suma importancia, y de la que forman parte Xavier Casp, como presidente de la misma, Joaquín Calomarde, Manuel Muñoz, Ramon Lapiedra, Carmen Morenilla, Rosa Serrano, José María Morera, Ramón de Soto, Vicent Àlvarez y Ricardo Bellveser. Sin embargo, varios miembros de esta comisión apuntan hacia el consejero de Educación y Cultura, Francisco Camps, como artífice del aplazamiento: "En las reuniones anteriores se había llegado a un callejón sin salida", reconoce uno de los consejeros, quien acusa a los miembros propuestos por el PP de "resistirse a reconocer la unidad del idioma", y, sobre todo, de "resistirse a decirlo públicamente". Con este aplazamiento, que también afecta al pleno que debía celebrarse hoy, el presidente del Consell Valencià de Cultura gana tiempo para que el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, trate de buscar una salida política a su regreso de Moscú a la situación de empantanamiento en que ha desembocado este debate. La discusión sobre la filiación de la lengua había suscitado dos aplazamientos la semana pasada al abordar el tercero de los apartados que configuran esta ponencia: el de la naturaleza de la lengua. Mientras que los consejeros propuestos por el PSPV y Esquerra Unida abogan por reconocer la unidad de la lengua en su diversidad, los miembros del CVC nombrados a instancias del PP prefieren no pronunciarse sobre el asunto, provocando una indefinición que imposibilita la redacción de un documento único y que deja la puerta abierta a que este desacuerdo se plasme en votos particulares que se incorporarían al dictamen. Por contra, los miembros de esta comisión, a excepción de Xavier Casp, propuesto por UV, habían alcanzado un acuerdo en los dos puntos anteriores, el que hace referencia al nombre de la lengua y el que define la normativa que ha de seguir. Para los consejeros, la lengua debe respetar el nombre que le da el Estatuto de Autonomía (valenciano), aunque los miembros nombrados por los partidos de izquierda sostienen que ello no debe excluir lo que establece la sentencia del Tribunal Superior de Justicia, que determina la legalidad del término de lengua catalana para su denominación académica. En cuanto a la normativa, todos coinciden en que se sigan las normas acordadas en 1932 en Castellón, aunque los consejeros propuestos por la izquierda insisten en que hay que adaptar esta normativa al desarrollo posterior, ante la negativa de los del PP. Mientras el PP se repliega en su indefinición, los consejeros del PSPV y EU sólo ven una salida en la intervención directa de Eduardo Zaplana. "Es el único que puede desbloquear la situación", apunta otro de ellos. Todos coinciden en que "sólo hay una salida y es política".