Una colección de auténticas joyas de la mecánica

La maqueta de la cabina CP 67, presentada ante la prensa internacional en 1969; una réplica del camión El Abuelo, fabricado para el Ejército en 1957; el Dodge Dart 270, el Simca 1000, el autocar 2.900 o el camión Saeta 75, son algunas de las obras expuestas en el Museo Eduardo Barreiros, inaugurado ayer en Valdemorillo (Madrid).

El museo ha sido diseñado por el arquitecto Jacobo Pérez-Enciso y ha contado con la colaboración de Manuel González Burdiel y Juan José Carral. El proyecto parte de unas naves convencionales preexistentes junto a una pequeña plaza de toros, en las que se ha realizado una ampliación y remodelación para contar con una superficie útil de exposición de 800 metros cuadrados.

Una escultura en bronce de Eduardo Barreiros, realizada por Juan de Ávalos en marzo de 1966; una réplica del despacho del empresario con los objetos que le gustaba tener cerca, junto con un conjunto de fotos familiares, dan calor a una gran muestra de motores, coches, camiones, autobuses y maquetas de sus diferentes centros de producción.

El museo, el primero de este sector y características que se crea en España, se abrirá al público en principio un día por semana y dentro de sus objetivos se encuentra el ocupar el vacío existente en el sector de la automoción conservando el legado de Eduardo Barreiros, así como apoyar ideas e iniciativas que signifiquen un avance técnico para resolver los problemas que surgen en este campo. Todo ello se hará de la mano de la Fundación Eduardo Barreiros.

La fundación organizará conferencias, seminarios, debates y exposiciones sobre el automóvil. Además, tiene el proyecto de crear un premio a la investigación en el campo de la automoción para fomentar el estudio y la publicación de tesis, que constituirán un fondo propio.

El equipo asesor del museo lo forman Santiago Fernández, José Fernández, María Pilar Fusi Aizpurúa, Mario Gabarra, Juan Gayá, Antonio Guisasola, Manuel Gómez y Juan Merino.