Zuluaga contra Belmonte

Todos los años Juan Mari Arzak reserva unos días para hacerse una cura en el Balneario de Zestoa. Son ya pocos los famosos que optan por el cuidado del cuerpo como destino vacacional. Las aguas de Zestoa han pasado por el gaznate de más de uno y dos renombrados personajes: nobles, artistas, literatos y toreros. Guipúzcoa recupera ahora el coso de San Sebastián sin recordar las reconocidas tertulias taurinas de Zestoa. Los mayores del lugar cuentan, como si fuera un clásico, los debates taurinos entre el matador Juan Belmonte y el pintor Zuloaga. Junto a éstos la lista es ciertamente interminable: Pío Baroja, el padre Coloma, Rosalía de Castro, Azorín -escribió en su estancia Veraneo sentimental-, Laura Lipi, el general Varela, el duque del Infantado... El éxito de las aguas era tal que, pese a su extraño sabor, se embotelló hasta 1983, año de la segunda inundación. El agua, más que en España, se vendía como producto medicinal en el extranjero. Fue curioso su éxito entre los cubanos y los mexicanos. En el balneario aconsejan que se tome en ayunas y siempre bajo control médico. Sus efectos son tan inmediatos que en la publicidad del balneario de mediados de siglo se ve cómo los caballeros y señoras se apelotonan ante los servicios.