Las quejas de los soldados
La escasez de su retribución, el carácter inadecuado de las instalaciones militares, la mala calidad de la comida en los cuarteles, el trato de los mandos y la dificultad de la promoción interna son las principales quejas de los soldados y marineros profesionales, según un estudio realizado en mayo pasado por el Ministerio de Defensa a partir de 6.104 encuestas.La mayor unanimidad se produce al criticar el sueldo: el 74,78% se considera escasamente pagado frente al 24,11% que califica de justa o muy buena su retribución. La comida, que deben abonar de su bolsillo, es mala o muy mala para el 43,48% y el 63,92% cree que el acuartelamiento donde vive es inadecuado. Los reproches a los mandos se deben a que siempre o con frecuencia tratan a los profesionales como si fueran soldados de reemplazo, según el 54,32%. El 60,06% se muestra pesimista respecto a sus posibilidades de promoción, pues confiesa tener "pocas o ninguna" de ascender a cabo primero.
Sin embargo, la insatisfacción no es tan alta como podría deducir-se de las respuestas anteriores cuando el 61,48% declara que volvería a ingresar en las Fuerzas Armadas, el 60,24% está dispuesto a firmar un contrato para seguir toda su vida como soldado profesional y el 52,51% piensa presentarse a las oposiciones para suboficial. Sólo el 8,04% dice que dejará el Ejército cuando encuentre empleo en la vida civil.
El 71,76% elogia la formación militar que ha recibido, pero el 48,87% la considera poco o nada útil para la labor que desempeña. El 77,91% está satisfecho con su especialidad, lo que no impide que al 59,23% le gustaría cambiar de destino.
La satisfacción por el ingreso en las Fuerzas Armadas es mayor en las familias (78,79%) que entre los afectados. En general, las valoraciones más positivas proceden de los del Ejército del Aire y las más negativas de los de la Armada.
La incorporación de las mujeres a la milicia genera diferencia de opiniones. El 81,75% afirma que reciben un trato favorable, el 13,57% que no hay diferencias por razón de sexo y el 3,41% que están peor tratadas. Ahora bien, el 90% de los encuestados son varones. Si se pregunta solo a las mujeres, la mayoría afirma que el trato es igualitario y las que admiten discriminación se dividen a partes iguales entre quienes creen que les beneficia y quienes piensan que les perjudica.
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