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Un proyecto que subirá la temperatura de la ciudad

Expulsión de los huertanos, perversión de un proyecto de ciudad, especulación con los terrenos... y hasta más calor en verano. Son muchas las críticas al macroproyecto industrial para dotar a Valencia de una Zona de Actividades Logísticas. Tanto la Asociación de Vecinos de La Punta como el colectivo Defensem La Punta-Salvem L"Horta cuestionan a priori la necesidad de construirla. "Las infraestructuras que quieren hacer pueden instalarse, como sucede en otras ciudades marítimas, dentro del propio puerto, que, tras una ampliación mastodóntica, está infrautilizado", dice Vicent Torres, de Defensem La Punta. Por eso, critican que el Consell apoye una iniciativa "discutible desde la racionalidad" y califican de "caciquil" la actitud de la Autoridad Portuaria: "La dársena interior, con poco calado, no le sirve para nada al puerto, y la cede a cambio de exigir el silencio de la ciudad para arrancarle el mejor trozo de huerta y conseguir un acceso norte que los megalómanos ya quieren llevar hasta la autopista del Saler". Los vecinos explican que los terrenos afectados no sólo son su lugar de residencia sino que la huerta también es una forma de vida. Y aseguran que están recibiendo continuas presiones y argucias para vender sus tierras lo más pronto posible. Los terrenos son suelo no urbanizable de especial protección, según el vigente Plan General de Ordenación Urbana y para contruir en ellos es necesario hacer una recalificación a suelo industrial. Ante la amenaza de que el Consell inicie trámites de urgencia para acelerar el proceso, Torres argumenta: "Por suerte no estamos en una dictadura. Y en este caso no se trata de una modificación parcial del plan general, como pretenden que sea, sino que en la práctica es una enmienda a la totalidad del plan puesto que transforma todo el concepto de ciudad. El plan tiene rango de ley". "Proceso especulativo" Hace un mes se inició el proyecto de expropiación para constituir una reserva de suelo público con las huertas privadas. Una reserva que tras la recalificación será cedida a la empresa pública que construirá la ZAL. Por ello, otra de las críticas a este procedimiento -"la que menos hemos expuesto"- es el "proceso especulativo" que supone expropiar suelo rural, y por tanto barato, para obtener suelo industrial. "Se trata de una vía de dudosa legalidad para conseguir los terrenos y ahorrarse una serie de trámites problemáticos", califica Torres. Y entre sus argumentos también dicen defender los intereses de Valencia al apostar por el "único corredor verde entre la ciudad y L"Albufera". La destrucción de La Punta, por donde entran los vientos y respira Valencia, "una isla de calor como todas las urbes", supondrá una subida de un par de grados de la temperatura de la ciudad.

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