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Los celtas del Sur

Rare Folk, que fueron Os Carallos en la Expo, es el único grupo andaluz que participa en el festival de música étnica

Tomares, en el Aljarafe sevillano, puede presumir de dos rarezas: es el municipio con mayor número de rotondas por habitante y la cantera del único grupo andaluz que hace música celta, aunque la historia de Rare Folk nace en Galicia y pasa por Irlanda. Rare Folk es un homenaje a la generación del 26, a los 26 años que tienen cuatro de sus componentes: Marcos Munné, barcelonés; Rubén Díez de la Cortina, nacido en Castellón pero criado en Vigo; Fernando Reina, malagueño y batería del grupo; y Mangu, navarro de cuna y el único de los seis que es padre de familia. Completan el sexteto Oscar Mufas, un madrileño de Móstoles que practicó la desobediencia civil cumpliendo 27 años, y Alberto Rivas, el benjamín de estos celtas del sur, 22 años, sevillano de la Macarena. Su trampolín fue la Expo, el lago cartujano en el que se dieron a conocer como Os Carallos, nombre del que tuvieron que prescindir por haberlo patentado antes un grupo francés afín a Manu Chao, el líder de Mano Negra. Siempre hay un Rubén modernista que lleva la antorcha. La culpa del grupo se la echan al celta de Vigo. "Rubén fue el que nos metió en la historia cuando apareció con su flautilla cual fauno feliz, era el hippy y el abanderado". "Circula la leyenda de que yo soy el punky del grupo", dice Mufas, que echa una manita en la Casa de Cultura de Tomares. Está a punto de salir al mercado su segundo disco, Green, en el que colaboran los hermanos irlandeses James y David Kincella. Rare Folk se consideran deudores de la música irlandesa, aunque sólo Mufas admite haber empezado la lectura del Ulises, la Biblia de los dublineses. "Mi Biblia es El Jueves", dice uno. Otro: "Y la mía el Marca". Empezaron a tocar en el instituto de Castilleja de la Cuesta en el que se conocieron estos celtas llegados de los cuatro puntos cardinales de la península. "No teníamos otra pretensión que la de hacer música de coleguitas". De ahí pasaron a incluir uno de sus temas en el compact-disc de Naciones Celtas. Hoy actúan por la mañana en la plaza del Salvador y por la noche en la población sevillana de El Cuervo, un doblete que les impedirá ver el directo de Gwendal en el Palacio de Deportes. La dialéctica Norte-Sur será una ecuación política y económica, pero niegan que también tenga su traducción cultural. "Como ocurre con el blues o con el rock, la música celta se ha universalizado y te la puedes encontrar en Tokyo o en México". Su prueba de fuego consistió en acudir al Jabugo de la España céltica, a la denominación de origen. "Hicimos 1.200 kilómetros para ir a tocar a Galicia, en Santiago y en Vigo, y lo primero que nos dicen es que éramos lolailos. En la tocata, la gente se entregó y desaparecieron los prejuicios. Les chocó que viviéramos casi en África, pero les gustó. Por lo menos, ya no éramos lolailos, pero algunos decían que éramos rockeiros". Su vida está relacionada con la música, aunque algunos hacen sus pinitos con la informática y hay quien escuchó el canto de las sirenas, como Fernando Reina, el batería, forofo de la navegación, que fue campeón de España de vela en la modalidad de optimist y subcampeón del mundo en aguas de Hungría. Rubén, el líder involuntario, y Mufas, el punki de Móstoles, comparten un ideario musical. "Nos gusta toda la música, menos los cantautores". Tienen alma irlandesa de Amigos de Guinness y compartirán en Sevilla escenario celta con Michael McGoldrick, The Chieftains, Kepa Junkera y Carlos Núñez.

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