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Los pilotos de Air France mantienen el pulso con el Gobierno, aunque admiten avances

Los pilotos de Air France mantenían ayer el pulso con el Gobierno de París y seguían amenazando el Mundial de Fútbol, al término de una jornada en la que el paro afectó a más del 70% de los vuelos de la compañía. Además, la huelga pareció contagiar a otros colectivos de la empresa e incluso a algunos sectores de los sindicatos ferroviarios. Sin embargo, los portavoces de los 3.200 pilotos llegaron a mostrarse dispuestos a compartir el proyecto de competitividad de la empresa y trasladaron al final de la negociación un mensaje de esperanza.

"La dirección ha empezado a modificar su punto de vista y, en lugar de plantear una simple rebaja salarial, está transformando ese planteamiento en una solicitud de ayuda y colaboración sobre un plan de inversión", indicó el portavoz del principal sindicato de pilotos.Aunque los términos del presunto preacuerdo no se conocen, todo apunta a que el Gobierno está dispuesto a modificar algunos aspectos del proyecto de ley, rechazado por los huelguistas, que determina las condiciones de la cesión a los pilotos del 10% de las acciones de Air France, a cambio de una disminución salarial global de 500 millones de francos (12.500 millones de pesetas) anuales.

Los pilotos de Air France cobran el 40% más que los de Lufthansa y el 19% más que los de British. El plan de la empresa preve comprar 70 aviones y contratar a 2.500 personas, 400 de ellas pilotos; pero pretende no aumentar costes.

"Los pilotos podemos comprender que se precise nuestra colaboracion para completar el plan de inversiones", indicó Christian Paris, el piloto que hasta ahora ha llevado la voz cantante. "Si los 500 millones se destinan a cerrar ese plan de tres años sobre necesidades concretas y objetivos claramente definidos, nosotros estamos dispuestos".

Además del aparente avance, la fecha de hoy parece proclive a una solución pactada, toda vez que hoy finaliza la huelga convocada por los sindicatos minoritarios de Air France y que las empresas de la competencia han empezado a ocupar progresivamente el terreno abandonado por Air France.

El ministro del Interior, Jean-Pierre Chevènement, evocó ayer la posibilidad, en un tono entre informal y amenazador, de recurrir a compañías extranjeras. "Para Alitalia y otras compañías es una oportunidad de conquistar una parte importante del mercado" afirmó. Luego admitió, aunque como último recurso, que "puede incluso contemplarse la hipótesis de que personal del Ejército del Aire reemplace al de Air France".

La situación, a pesar de ello, sigue poniendo en peligro el buen funcionamiento de la Copa del Mundo de Fútbol, que empieza el 10 de junio, posibilidad contemplada por el ministro "con tristeza y casi con vergüenza". Chevènement califica de "chantaje" la actitud de los pilotos, a los que se han unido algunos colectivos de empleados de tierra y algunos sindicatos ferroviarios.

La huelga, que se inició el lunes, tiene dos motivos principales: oposición a la doble escala salarial -los nuevos pilotos son contratados con un sueldo casi 100.000 francos (2,5 millones de pesetas) inferior al año al de los contratados antes de 1997- y también a la propuesta de reducir los salarios un 15% a cambio de acciones de Air France.

Para el presidente ejecutivo de Air France, Jean-Cyril Spinetta, "los objetivos" del plan de competitividad "tienen que respetarse" pero la manera de alcanzarlos "puede cambiar". En cualquier caso, no habrá dinero público.: "Europa prohibe las ayudas del Estado".

El ministro de Transportes, el comunista Jean-Claude Gayssot, muy activo durante toda la negociación, repite: "Yo no seré el ministro ni de la privatización ni de la reducción de salarios". El Gobierno ha dejado que sean los comunistas los que pechen con la dificultad de resolver una huelga impopular -sólo un 26% de la población la acepta- que amenaza el Mundial.

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