La economía de Colombia espera con inquietud un nuevo presidente

ENVIADO ESPECIALNo sólo la violencia y el narcotráfico impiden la normalización de Colombia. La incertidumbre causada por el proceso electoral, los coletazos de la crisis asiática y rusa y la caída de los precios de petróleo apreciaron el dólar y dispararon ayer las tasas de interés del banco emisor hasta el 52%. Los mercados, inquietos, quieren saber los planes fiscales del ganador de la segunda vuelta de las presidenciales, el próximo día 21. La disputarán Horacio Serpa, candidato del oficialista Partido Liberal, y Andrés Pastrana, del Partido Conservador. La candidata independiente Noemín Sanín, cuyos caudal electoral en la primera vuelta puede decidir la segunda, no quiso apoyar la noche del domingo a nadie, pero ayer dijo que no votará en blanco. «Frente a la crisis que vive el país, toca tomar partido», advirtió.

Noemí Sanín, tercera candidata más votada en la primera vuelta con 2.800.000 votos, creció como la espuma debido en buena medida al interés liberal de que así fuera, para dividir el voto conservador entre la candidada antipartido y Pastrana. Los medios de comunicación afines, o deudores, del Ejecutivo saliente colaboraron en su entronización. Según las fuentes consultadas abrió el fuego, maquiavélico, el ex presidente liberal Alfonso Lopez Michelsen, cuando anunció que votaría por Noemí en la primera vuelta, y por Serpa en la segunda.

La maquinaria de liberales y conservadores ha arrancado de nuevo a la caza, o compra, del voto. Bogota se impone como centro de la disputa. Sanín ganó ampliamente en la capital de Colombia, donde Pastrana fue alcalde. Según el politólogo Jaime Zuloaga, el aspirante oficialista deberá convencer, misión harto dificil, de la sinceridad de su propuesta de cambio, pues fue ministro del Interior del desprestigiado Gobierno de Ernesto Samper. Y si el conservador Pastrana quiere hacerse con el voto independiente, deberá fortalecer su oferta de cambio, y además «resolver la contradicción que hay entre su discurso y sus compañías», agrega Zuloaga.