Iconografía muy personal

"¿Kitsch? No sabemos lo que es kitsch", respondieron ayer Pierre et Gilles. "La obra de Pierre et Gilles se cataloga como bonita, ingenua, naïf y kitsch, pero va mucho más allá", había aclarado un poco antes José Miguel G. Cortés, comisario de la exposición dedicada a esos dos artistas franceses que ayer se inauguró en el Museo de Bellas Artes de Valencia. A pesar de su advertencia, la pregunta surgió y el calificativo kitsch (cursi, de mal gusto, extemporáneo, recargado) salió a la palestra en la presentación a los medios de comunicación de la muestra. Por primera vez en España, se exhiben los trabajos de la conocida pareja de fotógrafos que trascienden su disciplina a través de retoques de pintura sobre los cuerpos de los modelos y la escenografía multicolor que a menudo los acompaña. También la iconografía de los artistas franceses es muy particular y tiene una procedencia muy diversa: desde la imaginería religiosa hasta el fetichismo de las top model, pasando por cualquier imagen de un desconocido que les interese. Así, Naomi Cambell se transforma en una Diana cazadora; o Madonna, en Aladino, por ejemplo. Y es que la obra de Pierre et Gilles sorprende, y sin duda, llama la atención por su originalidad, su estética gay y la personal mezcla de estilos y colores, lo cual no es óbice para que sus retratos hayan aparecido en portadas de revistas como Vogue o formen parte de las colecciones de diversos museos. La singularidad de sus trabajos confiere el sello que permite identificar fácilmente cualquier obra de este matrimonio artístico y sentimental. Más de dos décadas llevan trabajando juntos en su estudio. Pierre hace fotografías en un decorado que preparan ambos y y Gilles las retoca con acrílico. En la conferencia de prensa, ambos se mostraron cohibidos, esquivos y tímidos -"son muy tímidos y les cuesta hablar en público", aclaró Cortés-. Realmente, apenas hablaron de la muestra que alberga sus últimos trabajos y los realizados expresamente para el Museo de Bellas Artes. La propuesta del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, cuyo responsable es la directora General de Promoción Cultural, Museos y Bellas Artes, Consuelo Ciscar, consistía en crear correspondencias entre algunas de las más reconocidas obras de la pinacoteca clásica y los trabajos de Pierre et Gilles. De esta manera, al lado del San Juan Bautista de El Greco, de tez cobriza y fondos negros, se ha colocado la visión de San Juan de los artistas franceses. Lo mismo sucede con el San Roque de Ribalta o con el autorretrato de Velázquez, flanqueado por sendos autorretratos de Pierre y de Gilles. Y así hasta 13 emparejamientos, en algunos de los cuales la pareja ha aprovechado fotografías suyas de años anteriories. En total, la exposición reúne 63 obras (de 1985 hasta la actualidad) divididas en tres series temáticas: los santos, el mar y los marineros, y los últimos trabajos. "El poner en entredicho las visiones totalizadoras, la superación de los géneros sexuales, la ambigüedad, el trasvestismo, la mezcolanza y la ironía" fueron algunas de las características de la obra de Pierre et Gilles que destacó Cortés. Ciscar añadió "el goce sensual, el universo de deseos, fantasías y ensueños". La cultura alta y baja también está presente, aunque "la verdadera cultura de ellos es la de los barrios", apuntó el comisario de la muestra que se exhibirá hasta el 2 de agosto. El completo catálogo de la exposición incluye un texto de Cortés y otro del escritor Eduardo Mendicutti, además de una extensa entrevista en la que Pierre et Gilles se muestran muy lacónicos en la mayoría de las contestaciones.