Descubierto en un hotel de Málaga un artefacto de ETA de hace casi 12 años

Unas obras de reforma en varias habitaciones de un hotel de la capital malagueña han permitido descubrir ahora un artefacto explosivo compuesto por 200 gramos de goma-2 que supuestamente un comando terrorista de ETA colocó de cara a la campaña contra intereses turísticos de la costa que desarrolló en el verano de 1986. Es la segunda vez que en el plazo de apenas un mes se produce un descubrimiento parecido. Fueron los albañiles que desde hace unas semanas trabajan en la reforma de las habitaciones de dos plantas del hotel Guadalmar, a la entrada de la capital, los que en la tarde del lunes hallaron un paquete sospechoso al tocar el falso techo de una de las estancias. El artefacto estaba compuesto por una tartera, disponía de nueve pilas, un detonador, un temporizador y cinco cartuchos con 200 gramos de goma-2, un explosivo con el que los terroristas de ETA protagonizaron las acciones más sangrientas del final de la pasada década. Un equipo de técnicos en desactivación de explosivos de la policía fue el encargado de analizar la bomba y comprobar que, tras no estallar en su momento, dejó de revestir riesgo alguno, según la subdelegación del Gobierno. Los expertos han coincidido en señalar que el artefacto pudo ser introducido en el hotel con ocasión de los atentados que lanzaron durante el año 1986. El hecho de que los activistas, junto con las advertencias reales de colocación de bombas, difundieran otras falsas para dispersar la acción policial, no provocó en su momento preocupación alguna por no encontrarse el explosivo. El pasado 23 de abril otros dos albañiles que adecentaban un bar próximo a un complejo hotelero de Benalmádena también localizaron casualmente en el falso techo de un lavabo otro paquete explosivo en el interior de una riñonera. El artefacto era más moderno, fue colocado en 1991 y un fallo en el temporizador impidió su detonación. Los terroristas ya habían sustituido la goma-2 por la cloratita.