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EL JUICIO DEL 'CASO MAREY'

Damborenea reitera, sin aportar datos nuevos, que González decidió actuar contra ETA en Francia

El ex presidente del Gobierno Felipe González dio su apoyo a que se actuase contra ETA en Francia, según aseguró ayer el ex secretario general de los socialistas vizcaínos, Ricardo García Damborenea, en el juicio que se sigue en el Supremo por el secuestro de Segundo Marey. Según García Damborenea, hoy próximo al PP, habló mucho de ello con González, pero "jamás" abordaron el secuestro de Marey. El ex dirigente socialista no logró probar que el entonces ministro del Interior José Barrionuevo hablase con el gobernador civil Julián Sancristóbal la noche del secuestro del industrial.

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Damborenea respondió al interrogatorio con mayor aplomo y contundencia que cualquiera de sus antecesores, pero sólo a grandes rasgos, de forma general, sin descender nunca a los detalles. Damborenea no sólo disparó por elevación contra el ex presidente del Gobierno Felipe González y la cúpula de Interior, sino que incriminó a todos sus ex compañeros del PSOE, entre ellos a Ramón Jáuregui, al asesinado senador Enrique Casas y especialmente a José María Benegas. Para ello, aceptó contestar a todos los acusadores, incluido el abogado de Herri Batasuna, Kepa Landa. Sin embargo, no aportó ni fechas, ni lugares, al margen de espacios de encuentro común con sus ex compañeros."En 1983 a cualquiera se le alcanzaba que los terroristas estaban a un lado, las víctimas al otro, y había una raya enmedio. La brillantísima idea de cruzar la raya para coger a esos probos ciudadanos que están en Francia y que no sigan matando a inocentes en España se le ocurre hasta a un niño", fue la tesis de partida de García Damborenea.

De ahí que más adelante, a preguntas de la acción popular del caso GAL, sobre si Felipe González estaba de acuerdo con estas operaciones de castigo contra activistas de ETA en Francia, Damborenea no tuviera dificultades en centrar la cuestión: "Yo creo que siempre ha estado con eso ¿no?", respondió García Damborenea. "Es fácil de imaginar que cuando teníamos algo que hablar era de eso, y de eso hablábamos cada vez que nos veíamos en Presidencia del Gobierno, en las Cortes y en las reuniones del comité federal". "Esta brillantísima idea que se le habría ocurrido a un niño, al presidente del Gobierno se le ocurrió a él solito también. Podía interesarle más conocer objeciones, pero como no había objeciones..."

Soltar lastre

Damborenea reiteró sus anteriores declaraciones ante el juez Baltasar Garzón y el magistrado del Supremo Eduardo Móner con la misma falta de precisión que llevó al Tribunal Supremo a rechazar la inculpación de González por considerarlas insuficientes. "Del secuestro del señor Marey no hablé jamás con el presidente del Gobierno", precisó."Nunca tuve ninguna duda de que nunca se iba presentar una persona a la que no se iba a poder implicar" agregó en referencia a González. "Tenía una larga trayectoria de ir soltando lastre en las situaciones comprometidas", añadió.

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Damborenea, que respaldó en todo momento "la necesidad" de ir a Francia a buscar a los etarras, insistió: "Yo no estaba de acuerdo con la falta de un grupo para operar extraterritorialmente. El Gobierno no quiso encargarlo a las Cortes y España se quedó sin su grupo operativo, que tenían países como Inglaterra, Francia, Estados Unidos o Israel". Preguntado si este grupo tendría que haber realizado acciones legales o ilegales, Damborenea no dudó: "No todo lo que hay que hacer en la lucha antiterrorista es siempre legal...".

Sobre el secuestro de Marey, dijo que nunca participó en la decisión de llevarlo a cabo, aunque reconoció haber estado en la jefatura superior de Policía de Bilbao la noche del secuestro. Sin embargo, insistió en que se limitó a "dar una opinión", cuando se supo que se había producido una confusión con Marey. "Me llamaron para dar una opinión y la di, porque yo no podía participar". Damborenea apoyó proseguir con el secuestro, porque era la "solución menos mala" y podía obtenerse el beneficio de asustar a los etarras del "balneario" de Francia.

El antiguo dirigente socialista admitió haber intervenido en la redacción del primer comunicado de los GAL, aunque rechazó haber escrito otros dos: el que exigía la liberación de cuatros geos detenidos en Francia y otro que lleva las siglas GAL, y cuya redacción le atribuye el fiscal.

El primer comunicado lo confeccionó junto con Sancristóbal: "Lo hicimos por poner algo que fuera compatible con el estilo tradicional". "¿Se consultó con Vera y Barrionuevo?", le preguntaron. "Yo creo que eso ya ni llegó a hacerse", respondió.

Damborenea calificó el secuestro como una acción "lamentable" de la que se trató de salir lo mejor posible, "en un momento en que el muerto de cada día tapaba al muerto del día anterior".

En otro momento dio cuenta de una conversación con Barrionuevo, muy posterior a los hechos, en la que éste le habría planteado si debía "salir a dar la cara y abandonar el escaño". Damborenea le aconsejó "dar la cara, pero no abandonar el escaño".

El procesado tampoco aclaró cómo llegó a su poder la nota de despacho del Cesid de fecha 6 de julio de 1983 sobre acciones a realizar en el Sur de Francia, que entregó a Garzón en 1995. Mencionó que la había obtenido de un archivo de un partido político que no quiso concretar, en 1994. Al final de la sesión dijo que se la había dado el comandante del Cesid Jesús Somontes, ya fallecido: "Creo que el mensajero fue el señor Somontes, pero la copia la conseguí en un archivo".

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