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Las elecciones municipales resucitan en Líbano la guerra de las religiones

ENVIADO ESPECIALEl fantasma de una guerra de religiones planea de nuevo sobre Líbano. La comunidad cristiana de Beirut se ha puesto en pie de guerra tratando de unificar y coordinar sus fuerzas para impedir una arrolladora victoria de los musulmanes en las elecciones municipales previstas para el próximo domingo en la capital. El fragor de los preparativos de esta cita política no entorpeció ayer la celebración de los comicios locales en el norte del país, donde, como en el resto de Líbano, no se renovaban los ayuntamientos desde hace 35 años.

Las asociaciones maronitas, unionistas, sirias, ortodoxas y católicas, a las que se sumaron otras formaciones políticas próximas a estas organizaciones cristianas, han celebrado este fin de semana en la capital un sorprendente cónclave político-religioso, en el que se ha analizado la convocatoria de las elecciones municipales en Beirut del próximo domingo, 7 de junio.

Los reunidos, tras varias horas de debate, concluyeron la sesión con un lacónico comunicado en el que se reclama el aplazamiento de las elecciones municipales en la capital, en tanto no se modifique la ley y se garantice en el Ayuntamiento de Beirut una representación a partes iguales de musulmanes y cristianos.

El poder en la capital

«El principal problema es saber a quién pertenece el poder en la capital. Hasta el momento y a la vista de lo que dice la ley, el control municipal de Beirut está en manos de una sola persona, del jefe de Gobierno, Rafiq Hariri, y de una sola comunidad religiosa, la musulmana suní. No tenemos ningún problema con ellos, pero no queremos convertirnos en ciudadanos de segunda categoría», aseguraba Gebran Tueni, uno de los líderes más combativos de la comunidad cristiana.Los responsables y militantes de las asociaciones cristianas recuerdan que Beirut estuvo dividida hasta 1975 en tres circunscripciones electorales, que aseguraban la representatividad de todas sus comunidades religiosas, pero que ahora el poder hegemónico, musulmán, en aras de la supuesta «unidad nacional» y de la «coexistencia», se niega a ello y ofrece como única alternativa la elaboración de una lista unitaria, con la que los promotores se garantizan el control del Gobierno municipal, y en la que los representantes cristianos irían de complemento.

(Siria puso en libertad el pasado sábado a una treintena de presos políticos, entre ellos el secretario general del Parido Comunista-Buro Político, Riad Turk, encarcelado desde hace 17 años, y el protavoz de los Comités de Defrensa de las Libertades Democráticas y los Derechos del Hombre (CDF), Aktham Nuaisé, en prisión desde 1991, informa France Presse. La noticia fue difundida ayer por esta organización que, aunque no explicó las razones de la medida, calificó el gesto de «positivo» y mostró su esperanza de «que sea u signo de cambio en la política de las autoridades sirias hacia la sociedad civil». «Pedimos la liberación inmediata otros cinco miembros del CDF y de todos los prisioneros políticos de Siria», solicitaba el CDF.)

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