El BCE entra hoy en funciones con la misión de acelerar la política monetaria única

El Banco Central Europeo (BCE) entra hoy en funciones, un mes antes del plazo máximo previsto en el Tratado de Maastricht, con el objetivo de acelerar la preparación de la política monetaria única de la zona euro. La entidad nace bajo el signo de la ortodoxia monetaria, que persigue como fin primordial el control de la inflación. El BCE sustituye a todos los efectos a su predecesor, el Instituto Monetario Europeo (IME). Puede iniciar su tarea con antelación dado que los jefes de Estado o de Gobierno de la UE han ratificado ya por escrito a su cúpula directiva.

Esta cúpula la integran el presidente de la nueva autoridad monetaria, el holandés Wim Duisenberg, y los restantes miembros del Comité Ejecutivo acordados en la cumbre del euro, hace ahora un mes. Entre éstos se encuentra el español Eugenio Domingo Solans.Durante los siete meses que faltan hasta el lanzamiento de la moneda única, el 1 de enero de 1999, el BCE se ocupará de dos asuntos clave.

El primero, de carácter estratégico, es la vigilancia sobre el comportamiento de los tipos de cambio de los 11 países que adoptarán la moneda única desde el primer momento, para evitar el aprovechamiento de esta fase de transición por parte de los especuladores.

Lo hará en estrecha coordinación con los bancos centrales nacionales, cuyos gobernadores pactaron en una reunión del IME, el pasado 18 de marzo, la defensa por todos los medios de las paridades bilaterales oficialmente adoptadas en la posterior cumbre del euro (1 al 3 de mayo).

La intendencia

Ello incluye tanto eventuales intervenciones en el mercado monetario, variando los tipos de interés a cortísimo plazo, como en el mercado cambiario, mediante la compra o venta de determinadas divisas.La segunda tarea es de intendencia. El BCE debe preparar todos los instrumentos necesarios para reunir en una sola las distintas políticas monetarias de los Once. Para ello, contribuirá a los toques finales de las normativas pendientes o ya ultimadas y emprenderá su primera aplicación: información estadística, creación de reservas obligatorias, imposición de sanciones, clave de reparto para la suscripción del capital, consulta por parte de las autoridades nacionales, impuestos y privilegios. Asimismo, debe acabar de poner en marcha su organigrama.

El Banco Central Europeo nace bajo el signo de la ortodoxia monetaria, que tiene como objetivo principal asegurar la estabilidad de precios, según el modelo del Bundesbank alemán, y sólo como segunda finalidad el apoyo a "las políticas económicas generales" de la Comunidad Europea. Así lo configura el Tratado, y así lo ratificaron los miembros de su directorio o Comité Ejecutivo en sus respectivas comparecencias ante el Parlamento Europeo, durante los pasados 7 y 8 de mayo.