La banca suiza sabía que compraba a los nazis oro procedente de los campos de exterminio
La Banca Nacional Suiza (BNS) sabía desde 1941 que Alemania disponía de reservas de oro robado en los países que había ocupado y a pesar de ello adquirió sus lingotes. En total 119,5 kilos de oro adquirido procedían de los campos de concentración nazis. Estas son algunas de las principales conclusiones del informe de la Comisión Bergier, la entidad oficial helvética que investiga el pasado de Suiza durante la IIGuerra Mundial, hecho público ayer. Las reacciones no se hicieron esperar, y el Gobierno suizo declaró estar «impresionado» por la actitud de la banca oficial suiza en la época, sin embargo añadió que la investigación no aporta argumentos suficientes para el pago de nuevas indemnizaciones.
Como «traductora de la política de transparencia» deseada por Suiza tras el escándalo de los fondos judíos, la Comisión Bergier -que toma su nombre de su presidente, el prestigioso investigador Jean-François Bergier, profesor de Historia del Instituto Politécnico Federal de Zúrich-, afirmó que la BNS ignoró las advertencias de los aliados e incluso prolongó hasta los últimos meses de la guerra sus operaciones financieras con el Reichsbank, el banco central alemán.En cuanto al oro procedente de los campos de concentración, el informe destaca que tenía «un valor de 134.428 dólares (de la época) y fue entregado a la Reichsbank por el oficial de las SS Bruno Melner». La Comisión Bergiers asegura que «sin embargo, nada indica que la BNS podía conocer el origen de este metal», afirmó el primer informe intermediario de la comisión dado a conocer ayer en Zúrich. Otros dos informes van a ser publicados próximamente, uno sobre la política de asilo y otro sobre el papel de la economía. El informe final será dado a conocer en el año 2001.
Los nueve historiadores -cinco suizos y cuatro extranjeros-, así como los 25 colaboradores científicos repartidos en todo el mundo, es decir, los expertos que forman la Comisión Bergier, hicieron varios reproches a los directivos de la BNS en el periodo estudiado. «Aunque fuera patente que Alemania se apropió del oro ilegalmente, los dirigentes de la BNS persistieron en la actitud del Bussines as usual (negociar como si no pasara nada)» , denunciaron. El documento agregara que la BNS fue informada sobre las confiscaciones de oro efectuadas a particulares en Bélgica y en Holanda. «Por encima de esta advertencia, y a pesar de las recomendaciones de los aliados, la BNS se alió hasta las últimas horas de la guerra con otros bancos y compañías de seguros para efectuar compras de oro provenientes de Alemania. Es más, nuestra banca central consideró, en 1942, fundir una parte del metal amarillo entregado por el III Reich con el propósito de borrar su origen», denuncia el informe.
Sin nuevos argumentos
Las reacciones no se hicieron esperar y el Consejo Federal (Gobierno) suizo, declaró estar «impresionado» por la actitud de la banca oficial helvética durante la II Guerra Mundial. «Detrás de este oro se perfila la imagen del indescriptible sufrimiento de las víctimas de los campos de concentración», señaló el Ejecutivo en un comunicado que añade que en nuestros días no se entiende como los responsables de la época no actuaron con «una mayor sensibilidad moral y política». Sin embargo el Gobierno de Berna asegura que los resultados de la investigación no aporta argumentos que justifiquen el pago de nuevas indemnizaciones a países o particulares víctimas de los nazis. «El informe no presenta nuevos hechos concluyentes ni ofrece bases para nuevas demandas, especialmente en lo referente a la renegociación del Acuerdo de Washington». El acuerdo fue firmado en 1946 y establecía el pago por parte suiza a los Aliados occidentales de 250 millones de francos suizos en oro.Por su parte, la BNS se limitó a recordar que ya ha reconocido públicamente que durante aquel periodo hubo «zonas de sombra» y recordó que había hecho una contribución de 71,4 millones de dólares (unos 11 millones de pesetas) al Fondo para las víctimas del Holocausto, creado en Suiza el año pasado,.
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