El Aplec del Cargol reúne a una multitud en Lleida

El recinto ferial de los Camps Elisis de Lleida, donde este fin de semana se ha celebrado el XIX Aplec del Cargol, concentró ayer una gran multitud, que no llegó a las 200.000 personas cifradas por la organización, pero llenó por completo todo el espacio de la feria. Tras una noche de algarabía, música y juerga, la capital del Segrià se volcó en la fiesta, a la que asistieron numerosos visitantes de otras comarcas. La fuerte tormenta caída el sábado a medianoche no logró disuadir a los participantes de continuar con los festejos. Los 12.000 peñistas que sostienen la fiesta y sus invitados consumieron ayer 12.000 kilos de caracoles, miles de litros de vino y de cerveza, y centenares de kilos de carne y longaniza. El Aplec del Cargol, que comenzó a celebrarse en 1980, no ha dejado de crecer. Lo que empezó siendo una comida campestre entre amigos en la margen izquierda del río Segre se ha convertido en un acto multitudinario en el que miles de personas de todas las edades comparten mesa y diversión durante dos días. El caracol, condimentado de diversas maneras, es el gran protagonista. El progresivo aumento de peñas participantes -este año han sido 105- ha hecho que el recinto donde se celebra la fiesta se haya quedado pequeño, por lo que los organizadores ya han reclamado una ampliación del espacio para poder acoger con comodidad a todos los peñistas. La fiesta ha tenido esta vez un trasfondo sentimental, ya que los organizadores han querido convertirlo en un homenaje a dos de sus principales impulsores, Manolo Calpe y Manolo Peralta, fallecidos recientemente de forma repentina. Ayer por la mañana el Aplec del Cargol recibió, como ya es habitual, la visita de políticos, en esta ocasión menos numerosa porque no hay campaña electoral. Estuvieron en el recinto los dirigentes de Unió Democràtica y el Partido Popular, Josep Antoni Duran Lleida y Alberto Fernández Díaz, respectivamente, además de los consejeros de Presidencia y Gobernación, Xavier Trias y Xavier Pomés. La fiesta dio lugar a diversas declaraciones, como las de Duran Lleida acusando a socialistas y populares de no haber tenido sentido de Estado en relación a los Gal, o las de Fernández Díaz, quien, a propósito de la fuerte deuda de la administración catalana, afirmó: "La Generalitat debe tomar ejemplo de la Administración central en el control del presupuesto y sería conveniente que aplicara una verdadera política de austeridad y de recortes en las partidas no productivas y no sociales". Xavier Trias respondió que el endeudamiento de la Generalitat está dentro de los límites permitidos debido a ha asumido "un gran numero de competencias con elevado gasto, especialmente las de sanidad y enseñanza", y acusó a Fernández Díaz de utilizar esta cuestión para "hacerse un espacio en Cataluña".