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Más hidalgos que ingeniosos

Estamos ante una nueva clandestinidad. "En España hay un millón de hidalgos no declarados", dice Carlos Puig García de Léaniz (Torrelodones, Madrid, 48 años), diplomado en Genealogía y Heráldica por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Este especialista en las llamadas Ciencias Heroicas expone en un hotel sevillano sus trabajos sobre linajes nobles de la ciudad. "Me gusta más hablar de hidalguía que de nobleza. En el extranjero, cuelgan los pendones de las abadías. Aquí hay muchos príncipes en el anonimato, pero como somos más chulos que nadie y parece que nos sobra la historia...". Va más allá de duques y marquesas. "Hasta la República de San Marino tiene estamento nobiliario. Hay un español, José María Ruiz-Mateos, que es marqués de Olivara por ese país". Un retrato de Álvar Pérez de Castro preside la muestra: adelantado de Castilla y León y primer virrey de Andalucía. "Este señor murió en campaña". Hijo de sevillano, tiene dos hijas y una nieta en un árbol genealógico que arranca en Ramón Berenguer IV, primer y último rey de Cataluña. La hidalguía es un crisol de apellidos y oficios. "Existían hidalgos de Abarca que eran campesinos; los de Sobrevela tenían oficios relacionados con el mar y el gobierno de los barcos; y los de Bragueta daban siete hijos consecutivos a la milicia en una época en la que la esperanza de vida no pasaba de los 45 años". El concepto de nación emanaba de Dios y esa fuente divina garantizaba una igualdad esencial. "Nadie era más que nadie, una filosofía que todavía existe en la ética musulmana". Hay un punto de inflexión en el reinado de Ordoño II, con quien la monarquía empieza a ser hereditaria. "Hasta entonces se elegía rey al más capaz para la guerra o para la política". En la historia heráldica de Andalucía cobra un protagonismo especial la población de Andújar, cuyo pendón ondea como precedente de la bandera del Iliturgi. "En 1219, por abdicación de su madre, doña Berenguela, accede al reinado de Castilla Fernando III. Se convierte en el principal enemigo de su padre, Alfonso IX de León, que intenta matarlo". Se invierten los términos del complejo de Edipo y se producen dos hechos que haciendo abstracción de la sangre derramada denotan un sentido de modernidad. Alfonso IX de León y doña Berenguela son el único caso de pareja real disuelto por la Santa Sede. El rey se casa con una portuguesa. La primera y la segunda esposa firman un pacto sucesorio. Entre 1219 y 1224 tienen lugar los preparativos de la guerra contra los árabes y el rey elige Andújar como cuartel general. Hasta los estados comunistas asumían la estructura aristócrática en su nomenklatura. En España, los hidalgos y nobles perdieron el derecho a pasaporte diplomático. Ya en 1834 habían perdido el privilegio de exención de los pechos concejiles o tasas municipales. El millón de hidalgos que existe en España podrían decidir unas elecciones. "Hay muchos en la clase política. Corcuera es hidalgo; y Barrionuevo; y Felipe González, como pudo comprobar en el árbol genealógico que le hizo el marqués de la Floresta. En Sevilla, casi todos los dirigentes del PSOE son hidalgos: Yáñez, Rodríguez de la Borbolla. También lo es Alejandro Rojas-Marcos". Se remite al ejemplo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, modelo literario en "un tiempo de arte y de corrupción". La hidalguía tiene sentido. "Igual que en Inglaterra nombran caballero del imperio al que acumula méritos, yo haría hidalgo al que entregara a un terrorista de ETA o a un chorizo como Mario Conde". Es en Euskadi donde más afición hay a la heráldica.

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