General Motors tendrá que pagar una indemnización de 8.400 millones

Un jurado del estado de Florida (EE UU) condenó ayer a la empresa General Motors a pagar 60 millones de dólares -unos 8.400 millones de pesetas- a los padres de un joven de 13 años que murió en 1991 al incendiarse el automóvil en el que viajaba la familia tras sufrir una colisión con otro vehículo. El jurado, integrado por seis mujeres y un hombre, determinó que el incendio fue en un 55% causado por un fallo de fabricación de General Motors y el 45% restante por el conductor del otro vehículo. Los abogados de la empresa anunciaron que apelarán la decisión.Constance y Robert McGee, padres de Shane, habían solicitado una compensación por daños de 81 millones de dólares. Shane perdió la vida cuando el automóvil de sus padres fue embestido por un remolque que se desprendió de un camión. Tras el choque explotó el depósito de gasolina y se produjo un incendio.

El accidente ocurrió en una autopista del estado de Virginia, donde la familia estaba pasando sus vacaciones, el 13 de julio de 1991. Los McGee acusaron a la General Motors de tener conocimiento, desde hace 20 años, de fallos en el diseño de los tanques de gasolina de su vehículo que favorecieron la tragedia que costó la vida a su hijo.