El empleo juvenil valenciano cayó un 6% en 1997 cuando en el conjunto de España creció un 3%

El empleo creció en 1997 un 3,2% en la Comunidad Valenciana, según la Encuesta de Población Activa (EPA), sin embargo, no benefició a todos por igual. Mientras la ocupación aumentó en el colectivo de desempleados mayores de 25 años, se destruyó empleo juvenil. El año pasado se crearon casi 12.000 empleos menos en la Comunidad para los jóvenes, cuando en España se incrementó en el mismo periodo algo más del 3%. Los menores de 25 años son junto a las mujeres y los parados de larga duración los colectivos más castigados por la falta de empleo.

A pesar de la época de bonanza económica, los jóvenes continuan teniendo serias dificultades para incorporarse al mercado de trabajo. Es el caso de la Comunidad Valenciana, donde el año pasado disminuyeron las colocaciones para los jóvenes menores de 25 años. "No es ni política ni socialmente aceptable el desempleo de un colectivo tan decisivo para el futuro, como es el de los jóvenes. No se puede tolerar más tiempo el despilfarro de una generación desconectada del mundo del trabajo", apunta el ex director general del Inem y economista Vicente Castelló. Según Castelló, del departamento de Economía Aplicada de la Facultad de Económicas de Valencia, la tasa de paro juvenil duplica en la mayoría de países industrializados al índice de paro general. "De cada tres jóvenes activos, uno está desempleado, y, además, la mitad de ellos nunca han encontrado empleo", apunta Castelló. La cifra de jóvenes valencianos desempleados ascendía a finales del año pasado a 104.000, lo que equivale al 34,5% del total de parados. Pese a que la economía valenciana creció el año pasado un 3%, la creación de empleo dirigido a los jóvenes de entre 16 a 24 años se contrajo. En 1997 se crearon más de 42.000 ocupaciones en la Comunidad Valenciana, pero los más beneficiados fueron las personas mayores de 25 años. Según Castelló, la EPA evidencia que se destruyeron cerca de 12.000 puestos de trabajo para jóvenes, lo que representa un descenso del 6% con respecto al año anterior. "La tasa de actividad [porcentajes de activos en edad y disposición de trabajar con respecto a la población], arrastrada por la caída del empleo, es ahora del 48,9%, con una disminución de casi dos puntos en relación a 1996", concluye Castelló. "Paradójicamente", prosigue el economista, "en el conjunto del Estado español, sucede todo lo contrario, el empleo de los jóvenes se incrementa en casi 50.000 nuevas ocupaciones, con un crecimiento del 3,1% sobre el año anterior". El principal obstáculo al que se enfrentan los demandantes de un primer empleo es su falta de experiencia. Los empresarios buscan, según puso de manifiesto la última memoria de la Fundación Servicio Valenciano de Empleo, personas con una experiencia media de entre uno y tres años. Los planes de empleo elaborados por los gobiernos de países como Francia y el Reino Unido recogen, sobre todo, incentivos para la creación de puestos de trabajo en este colectivo. "La falta de empleo para los jóvenes pone en peligro la incorporación al mercado de trabajo de las generaciones más formadas de los últimos tiempos. Ello debe hacernos reflexionar que el mercado y la coyuntura no solucionan las desigualdades sociales por sí solos", concluye el ex director general del Inem.