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Reportaje:LESIONES DEPORTIVAS

Consejos parar evitar patinazos

El patín en línea, desconocido en España hasta hace seis años, ha conseguido en ese tiempo consolidarse entre las preferencias de ocio de los jóvenes, imponiéndose claramente en popularidad al tradicional patín de cuatro ruedas en paralelo. La principal aportación del patinaje en línea es su mayor velocidad. El inconveniente es que esa misma velocidad hace las caídas más peligrosas y las lesiones más serias. La inexperiencia y la falta de protecciones son los principales factores de riesgo. Las caídas son el origen de la mayoría de las lesiones. Se producen sobre todo por la pérdida del equilibrio, no saber frenar, chocar, caer mal después de un salto, girar bruscamente o por un bache de la calle. El primer mecanismo de protección ante las caídas es parar el golpe con las manos. Por ello, un tercio de las heridas que sufren los patinadores afecta a la muñeca.La forma de protegerse es utilizar muñequeras y aprender a caer, apoyando sucesivamente muñeca, antebrazo, codo y hombro, y después rodar para amortiguar el golpe. La lesión de tobillo es menos frecuente, gracias a la sujeción que proporciona la bota alta y almohadillada, si bien con ello se traslada el daño a la rodilla. El uso de rodilleras, lo mismo que de coderas, protege tanto del impacto directo al caer como de las abrasiones en la piel al rozar contra el suelo. Los golpes más peligrosos son los que afectan a la cabeza, por ello es más que recomendable un casco homologado.

Luis Munuera, jefe del departamento de Traumatología del hospital La Paz, de Madrid, recomienda a los chavales que no olviden llevar las protecciones adecuadas: «Aparte de fijarse en las maravillas que hacen los expertos por televisión, para intentar imitarlas, sobre todo que se fijen en lo que llevan puesto para evitar las consecuencias de una caída: casco, rodilleras...».

Según Munuera, la edad es otro factor clave en el tipo de lesión. Los menores de 15 años sufren menos fracturas de huesos, luxaciones o roturas de ligamentos, dado que su esqueleto aún no esta maduro y es más elástico. Sin embarrgo, son más propensos a lesiones en estructuras no óseas, como el cartílago hipofisario, encargado del crecimiento en longitud de los huesos, o la zona de fijación de los tendones en los huesos. La mejor manera de no sobrecargar los músculos, causa frecuente de lesión entre los patinadores veteranos, es hacer ejercicios de precalentamiento, estiramientos y empezar a rodar con suavidad, aumentando la intensidad del ejercicio progresivamente.

Los especialistas en patinaje advierten que es un deporte más supeditado a la técnica que a la potencia, reduciéndose el número de lesiones considerablemente cuando se alcanza un dominio técnico. La edad adecuada para iniciarse en el patinaje son los siete años, cuando se adquiere de manera natural coordinación, equilibrio y psicomotricidad.

José Antonio Martín, seleccionador nacional de patinaje de velocidad, asegura que con el patín en línea, además de deslizarse mucho más rápido se producen menos culadas, debido a que las ruedas sobresalen por delante y por detrás de la bota, facilitando el equilibrio. Asimismo explica que la vibración es menor que con el patín tradicional, por ser las ruedas más blandas y adaptarse a diferentes superficies. Esto explica el éxito del patín en línea en las calles, donde se patina sobre asfalto, aceras rugosas, superficies lisas o incluso césped y tierra.

En lo que todos los especialistas coinciden es en que la calle es más peligrosa que las pistas. Gonzalo Parada, seleccionador nacional de patinaje artístico, una modalidad que aún se practica sobre patín tradicional, asegura: «Lo nuestro es competición, no tiene nada que ver con patinar en la calle. El peligro está en la calle». En cuanto a las lesiones, no es lo mismo el patinaje de velocidad o el hockey, donde la pericia del patinador marca la diferencia, que una pista de half-pipe (las conocidas us de algunos parques), donde la pirueta mortal, el espectáculo y el más difícil todavía, aliados con la suerte, juegan en contra de la integridad del patinador.

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