Frustrado un ataque radical contra la casa de un fiscal al confundirse de edificio. El objetivo era un un fiscal de San Sebastián que utiliza el euskera

Un grupo de saboteadores intentó provocar el pasado miércoles un incendio en el domicilio de un fiscal de San Sebastián, pero se confundieron de casa y arrojaron los artefactos incendiarios contra otro edificio. El suceso se produjo el pasado 13 de mayo en la localidad de Lasarte, según la Ertzaintza, que aseguró que en el inmueble atacado no residen miembros de la Fiscalía o la Judicatura. Los violentos lanzaron dos botellas incendiarias contra una vivienda y la acción fue reivindicada por un comunicante anónimo al periódico Egin. El supuesto autor del ataque dijo que la agresión estaba dirigida contra Josu Izaguirre. El fiscal, al que se tachó de "txakurra de la toga", no reside en la vivienda atacada, que registró daños en la puerta de entrada al edificio.Josu Izaguirre, destinatario de las botellas incendiarias, es uno de los fiscales euskaldunes que trabajan desde hace años en la Fiscalía de San Sebastián. En algunos juicios, en los que los procesados hablan euskera y dominan escasamente el castellano, este fiscal ha empleado el euskera en los interrogatorios. El comunicante que reivindicó el sabotaje, advirtió al fiscal "que no le saldrá gratis lo que hace contra la juventud vasca". Esta misma semana la Ertzaintza desactivó un artefacto de fabricación casera de escasa potencia que contenía pólvora al ser detectado en la estafeta de Correos de San Sebastián. El explosivo, que se encontraba en el interior de un sobre estaba dirigido al "señor fiscal de la Sección Segunda de la Audiencia de San Sebastián". Es este un cargo que no existe, ya que la Fiscalía es una sola para toda la Audiencia y los fiscales trabajan en las diferentes secciones de la misma. El envío del paquete no ha alterado en absoluto la vida diaria de los fiscales que trabajan en el Palacio de Justicia de San Sebastián, según fuentes judiciales.