El PNV y HB han mantenido ya tres reuniones en los últimos meses

Las delegaciones del Partido Nacionalista Vasco y de Herri Batasuna han mantenido tres reuniones formales desde que en el mes de marzo iniciaron una vía de contactos destinados a alcanzar acuerdos básicos que refuercen lo que HB denomina la "construcción nacional" y contribuyan a la consecución de una tregua de ETA. Hasta ahora, las conversaciones no han superado la "fase de tanteo" o de "mutuo conocimiento", según afirman los interlocutores de cada formación.

Aunque ETA ya se ha encargado de someter la arriesgada apuesta peneuvista a la prueba de fuego de los dos asesinatos cometidos la pasada semana en Pamplona y Vitoria, la organización terrorista ha podido comprobar que este proceso estaba blindado, como era su condición, a toda circunstancia externa, incluidos sus asesinatos.El PNV mantendrá las conversaciones con HB "aunque ETA asesine a un militante jeltzale ", declaró esta semana su portavoz, Joseba Egibar, en la emisora pública vasca Euskadi Irratia. El responsable de la delegación del PNV para este proceso de contactos explicaba así de rotundo que ha conseguido el apoyo inequívoco -con reticencias, no obstante- del Euskadi Buru Batzar (EBB), la dirección colegiada de su partido, para hablar con HB pese a que persista la violencia terrorista.

Las tres reuniones celebradas con total discreción desde que comenzó este proceso, a principios del mes de marzo, han servido a las dos delegaciones para analizar las diferentes posiciones que PNV y HB mantienen respecto a temas que la formación independentista considera de importancia capital para el fin de la violencia. Una de ellas se dedicó a analizar la situación en que se encuentran los presos de ETA sometidos a la política de dispersión y en ella se planteó la necesidad de que por parte del Gobierno se produjera un gesto en este ámbito al que presta gran atención la organización terrorista. Desde hace años, HB ha transmitido la idea de que un gesto con los presos etarras propiciaría una "distensión", eufemismo con el que ETA se refiere a la tregua para evitar generar grandes expectativas.

El análisis exhaustivo del proceso negociador en Irlanda del Norte que desembocó el pasado mes de abril en el acuerdo de paz de Stormont ocupó otra reunión, dedicada en exclusiva a esta cuestión. El nuevo discurso de la dirección de HB se apoya en el hecho de que este proceso tuvo como punto de partida un no menos histórico acuerdo entre los partidos nacionalistas norirlandeses liderados por el socialdemócrata John Hume y el líder del Sinn Fein, Gerry Adams, que facilitó hace ahora tres años la tregua del IRA.

Tras este tanteo, HB habría manifestado al PNV la importancia de alcanzar acuerdos en algunas materias concretas. En medios cercanos a las conversaciones se asegura que HB mostró cierta prisa en explorar estos puntos de encuentro para promover alianzas entre las fuerzas nacionalistas sobre temas específicos que coincidan con preocupaciones sociales, porque podrían contribuir a distender el ambiente político vasco en un momento cargado de tensiones preelectorales. No obstante, se considera "improbable" que ETA declare una tregua antes de las elecciones vascas del 25 de octubre.

El proceso en el que acaba de embarcarse el PNV está impulsado por la nueva Mesa Nacional de HB, que trata de recuperar así la iniciativa política que sus predecesores abandonaron en los últimos años para embarcarse en la dinámica de radicalización predicada en la ponencia Oldartzen y cuyo resultado fue su encarcelamiento.

En medios radicales se afirma que este nuevo enfoque en la actuación de la Mesa Nacional está refrendado por ETA, que habría optado por impulsar un esquema negociador con grandes similitudes al irlandés. El giro consisitiría en supeditar las conversaciones -hasta ahora los interlocutores pretendidos eran ETA y el Gobierno- a un acuerdo previo entre las fuerzas nacionalistas.