Haro Tecglen
Ante la carta firmada por Matías Antolín (y 16 firmas más), en la que se reprueba la actitud mantenida por Haro Tecglen en su columna del pasado 5 de mayo, quisiera expresar mi apoyo al señor Haro por haber sido honesto al exponer la falta de sentimientos afectivos que la muerte del periodista Herrero le ha producido. Me uno a él al lamentar la muerte de un ser humano (¡la muerte, cualquier muerte, es siempre una tragedia!), pero de ahí a sentir un vacío en el alma hay un abismo. No hay en las líneas de Haro Tecglen ni «baba ruin» ni «resentimiento» ni, por supuesto, «desvergüenza». Sólo hay honestidad con el compromiso ético que defiende, día a día y esperemos que por muchos años, Haro Tecglen en su columna. En este sentido de la honestidad se diferencia de todos aquellos que después de haber atacado durante años a Pilar Miró con palabras y hechos llenos de vileza tuvieron la osadía de proclamarse sus mejores amigos el día de su muerte. Ante eso sí que siento yo vergüenza ajena . - .
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