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La recuperación casual de un arma da con el autor del crimen de un abogado

Jan Martínez Ahrens

Técnicamente era una pistola semiautomática, marca República Española, con una recámara trucada para cartuchos del 9 largo. Policialmente era un arma con una historia de ruina: la de los cuatro tiros que mataron el 7 de septiembre de 1996 al abogado Ignacio de Valentín Gamazo, de 38 años, cuando trató de evitar un atraco en un supermercado. Ahora, 21 meses después del crimen, la policía ha conseguido, gracias a la recuperación casual del arma, localizar al hombre que supuestamente la empuñó: un delincuente que permanecía desde noviembre preso en Albacete.

Ignacio Valentín Gamazo entró en el supermercado Caribú, en la calle de Manuel Cortina, 7 (Chamberí), para comprar unos tomates. Cuando recorría distraído los anaqueles del establecimiento oyó los gritos de la cajera. Dos hombres la asaltaban. Valentín, quien ya en otra ocasión se había enfrentado a unos atracadores, se lanzó hacia la puerta. Allí se encaró con un tipo alto, de gafas oscuras y armado con una pistola oscura. Hubo un forcejeo y cuatro tiros. Dos alcanzaron mortalmente al abogado. Quedó tendido en el suelo. Los ladrones, ya convertidos en homicidas, huyeron con un botín de 100.000 pesetas. Eran las 13.15 del sábado 7 de septiembre. Desde entonces, el rastro de los criminales se limitó a cuatro casquillos gastados. No así la memoria de Valentín, cuyo gesto de civismo recibió un homenaje municipal. El caso, sin embargo, cayó lentamente en el olvido y, con los meses, hasta el juez instructor lo sobreseyó.Pero en noviembre pasado la investigación cobró nueva vida cuando una mujer, guiada por el miedo, se dirigió a la comisaría de Exposición (Valencia) para entregar un arma. Ante los agentes, siempre según la versión policial, explicó que una vecina le había entregado una bolsa para que la guardase, pero que ella, al abrirla, había descubierto la pistola.

Los agentes interrogaron a la supuesta propietaria del arma y ésta declaró que pertenecía a su compañero sentimental, Alberto Campos Ledesma, de 44 años y con antecedentes por delitos contra las personas y la libertad sexual. Poco después, Campos fue detenido junto a otros dos hombres bajo la acusación de falsificar monedas y tenencia ilícita de armas.

La pistola fue enviada al Laboratorio de Balística Forense de la Comisaría General de la Policía Científica. El pasado 12 de febrero este departamento envió a la Jefatura Superior de Madrid el resultado del peritaje: era la misma arma con la que se había cometido el homicidio de Valentín. El siguiente paso fue localizar a Campos Ledesma. Se encontraba confinado en la prisión de Albacete. Al ser interrogado, se negó a responder.

Los investigadores, sin embargo, establecieron que Campos Ledesma, considerado como un hombre "muy violento", se había trasladado después del homicidio a Valencia, donde había protagonizado un altercado armado. Otro punto de coincidencia procedía de los testigos del homicidio. Éstos, según la policía, describían al autor de los disparos como un hombre de unos 30 años, de complexión fuerte, pelo oscuro y 1,75 de altura, igual que Campos Ledesma.

La familia de la víctima, al conocer ayer la noticia de la detención del supuesto homicida, mostró su sorpresa y alegría por el trabajo policial.

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"Creíamos que no se iba a resolver. De todos modos, no odiamos al autor del crimen, sino el delito. Somos católicos y el detenido tendrá que arreglar sus cuentas con la justicia y con Dios. Nadie va a devolver la vida a nuestro hermano", afirmó un pariente.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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