Patria o muerte
JAVIER ELORRIETA Absurdo slogan. Chusca consigna para chusqueros del fanatismo y viva la muerte. Necrófilos doctrinarios que caminan ideológica, espiritual y anímicamente entre la insulsez y la nada, han vuelto a asesinar. Más sangre de la esquizofrenia del nacionalismo independentista que mata ciudadanos elegidos, mientras el frente de imposición lingüística anda de juzgados, para que la justicia local pueda ser tasada en clave de katxondeo, y también por las aulas y el claustro, para que el futuro universitario con beca y matrícula de martxa y borroka, lleguen a su borrascosa cumbre cultural, donde la inspiración será una particular y recogida masturbación idiomática, que contempla la incomprensible orgía erótica de la internacionalización del conocimiento por vía editorial y telecomunicativa. Ya está bien de tanto silencio y carta blanca ante la necedad. Y hablan de jacobinismo sin saber bien lo que fue, para cubrir algunas acendradas patanerías de retrógrados periféricos, mientras algún alto cargo de Kutxa utiliza el tener una particular vida profesional con posibilidad de itinerancia para liberar a sus hijos de la asignatura del euskera, a la vez que alguna madre de familia, funcionaria de Ayuntamiento, asume los agobios para llegar, y nunca mejor dicho, con la lengua fuera a la gloriosa meta del perfil. Para no perder ese plus de la paga, aunque ni su concejal sepa euskera, ni lo vuelva a utilizar. Ya vale de tanta inútil imposición. Frente a esa alternativa está la de los ciudadanos libres. No puede, no debe poder servir volver a creerse otra prestidigitación del Espíritu del Arriaga. El engaño del anterior efluvio no hay sector jelkide con sociólogo, médico, filósofo, teólogo incluidos, que lo camufle. En el espejo no hay rostro amable, hay ceño fruncido a los demócratas vascos no nacionalistas y sonrisas al hacha, la serpiente y el pajarraco negro. Si al Sr. Ibarretxe le van a imponer llevar como programa el documento de pacificación del Sr. Ardanza, tendrá que empezar por enmendar la plaza al lehendakari actual, que tras aquella semana de declaraciones, que no voy a calificar, porque tengo que atender a unos cuantos que se empeñan en que no debo llamar a las cosas por su nombre, adscritos al arte del capote frente al toro de describir la realidad política, alérgicos a la contundencia frente al despropósito, apóstoles de la coartada de la prudencia. !Ay, sociedad ésta en la que no decir la verdad a la llana, sin subterfugios, se le llama elegancia de estilo! Tendré que decir, decía, que encierra algo más que un proyecto procedimental, que era la coartada del Sr. Ardanza. Ya tendría gracia que al Sr. Ibarretxe le transfirieran como programa de su partido un procedimiento. Le obligarán a filigranas que requerirán más recursos que el peaje idiomático -demasiado fósforo invertido para protocolos lingüísticos y alguna mitinera ceremonia- y un retoque capilar. Por cierto, ¿se desarrollará en gaélico el Consejo de Ministros de la República de Irlanda? Como se habla tanto de aquellos lares y como Joyce, U2, y Van Morrison no me llegaron en gaélico, no sé si hay ayuntamientos monogaélicos. De verdad que no lo sé. A lo mejor me lo explican desde ETB aprovechando la emisión de Academia de Stormont VI, o con las declaraciones de algún subvencionado liberado de Contenciosos SA, que viajan mucho por allí. No es el menos peligroso de estos dislates que el entusiasmo por el paralelismo consiga que nos parezcamos de verdad. Desconozco hasta qué punto la sociedad vasca es consciente de la aberración que supone este cuento Ulsterizado, cuando hasta el más fino apuntador de tercera vía dice que hay que copiar al menos el método. Y esto suena a procedimiento. Vaya calvario. Pero ellos no llevan las cruces.
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