Futuro del automóvil

(...) La fabricación de automóviles, todavía considerada como símbolo del poderío industrial, cruje bajo el peso de la sobrecapacidad de producción. Y ésta se debe en buena medida a anticuados criterios de propiedad nacional que se explican más por chovinismo que por sentido común. (...) Los enormes costes fijos de fabricación de vehículos implican que sacar beneficio de la venta de coches pasa por vender muchos En el futuro, cada consumidor deseará conducir un modelo distinto a aquellos que lo rodeen, así que los fabricantes más rentables serán los que puedan satisfacer esta demanda de individualismo a partir de un diseño básico.

La persistente y ruinosa sobrecapacidad es un motivo para esperar una mayor concentración en la industria del automóvil. (...) Se trata de un proceso que podría haberse dado hace tiempo, si los Gobiernos no fueran tan sensibles como los conductores al prestigio del coche. (...) La industria se ha defendido mejor allí donde ha desaparecido ese nacionalismo. En EE UU, por ejemplo, el problema de sobrecapacidad es menor porque las autoridades han permitido la caída de precios y el cierre de fábricas, (...) y el Reino Unido ha visto cómo sus empresas automovilísticas pasaban una tras otra a manos extranjeras. (...) Habrá, pues, que celebrar el acuerdo entre Daimler y Chrysler si sirve para acelerar la extinción del concepto de empresa automovilística bandera de un país.

10 de mayo