A sus órdenes, Rossini
Ni la lluvia ni el viento impidieron ayer que la Banda Sinfónica de la Guardia Real ofreciera su primer concierto de la temporada. Los 100 componentes del grupo interpretaron obras de Suppé, Weber, Rossini y del propio director de la banda, Francisco Grau. Los incondicionales de los músicos no faltaron a su tradicional cita. Se dio el caso de personas que desde las nueve de la mañana ocuparon una de las 1.200 sillas dispuestas para el acto. El director, según señaló al final, imprimió a las obras un ritmo más rápido del adecuado y se saltó el descanso anunciado: no quería que la lluvia estropeara su primer concierto en la plaza de Oriente, informa
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