La Junta quiere desviar fondos europeos para paliar los daños en Doñana
Máximos niveles de toxicidad en los diques que alejaron la riada del Parque Nacional
Pese a su inicial renuencia a afrontar costes económicos por el desastre de Doñana, la Junta de Andalucía acordó ayer elaborar un plan urgente para reparar daños, que espera financiar mediante el desvío de unos fondos europeos que ya estaban asignados desde 1994 al Parque Natural para su desarrollo sostenible (en el llamado Plan Operativo de Doñana). También Izquierda Unida solicitó ayer que la Comisión Europea aporte fondos para ayudar a los damnificados. De momento, la Comisión sólo habló ayer de «colaborar» con las autoridades españolas en la investigación de las causas del vertido. En la zona de diques que evitó que dicho vertido llegara al Parque Nacional se registran ahora los mayores niveles de contaminación.
Los objetivos del plan urgente de la Junta son la limpieza de los cauces contaminados, la regeneración de la flora y de la fauna afectada, ayudas a los agricultores y -punto éste en el que la Junta pone un gran énfasis- la reparación de la imagen de Doñana en el exterior para evitar que los productos agrícolas y el turismo salgan perjudicados innecesariamente.El Plan Operativo de Doñana, del que saldrán los fondos, está dotado con 24.995 millones de pesetas para el periodo 1994-1999, de los que 15.683 millones están asignados a la Junta para su gestión (el resto, a la Administración central). Todavía no está claro qué porcentaje de esa cantidad podrá desviarse. Lo más probable es que buena parte de estos gastos acaben recayendo sobre la empresa minera que provocó la riada tóxica, en concepto de responsabilidad civil por el vertido, pero la Junta ha rectificado su inhibición inicial y adelantará el dinero para esos fines sin esperar a las resoluciones judiciales.
Además, la Junta ha pedido al Ministerio de Trabajo que busque «alguna fórmula» para compensar a los agricultores temporeros por la pérdida de jornales que sufrirán debido al desastre.
Ayudas a damnificados
Laura González, eurodiputada de Izquierda Unida, presentó ayer en Sevilla la propuesta de resolución que su grupo va a llevar al Parlamento europeo. La iniciativa propone, entre otros puntos, que la Comisión Europea dé ayudas a los damnificados; la constitución de una comisión de investigación para definir las causas de la catástrofe; y el establecimiento, junto al Gobierno español, de un plan de rehabilitación de las zonas afectadas. La eurodiputada afirmó que en su grupo parlamentario hay tres diputados suecos que ya habían denunciado anteriormente a la empresa Boliden, que tiene capital del país nórdico, por haber contaminado el Mar del Norte.La Comisión Europea está dispuesta a «ayudar a colaborar con las autoridades españolas del Ministerio de Medio Ambiente y de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía a través de Protección Civil en las labores de investigación de las causas que originaron la riada tóxica», según informaron a Europa Press en fuente comunitarias de Bruselas. Éstas anunciaron que hoy la comisaria europea Ritt Bjerregaard dirigirá una carta al Gobierno central y autonómico mostrando su apoyo moral y su colaboración.
Ayer mismo, la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento autonómico alteró su orden del día para tratar de manera monográfica el desastre ecológico. El titular de Medio Ambiente, José Luis Blanco, insistió en que ni el Parque Nacional ni el Guadalquivir, «de momento», se han visto afectados por la inmensa ola de agua tóxica -cinco millones de metros cúbicos de lodos-.
En Madrid, la Mesa del Congreso admitió ayer a trámite la petición que formularon Izquierda Unida y el Grupo Mixto de crear una Comisión de Investigación del vertido tóxico que causó la rotura de la presa de la mina de Aznalcóllar el pasado sábado 25 de abril. La solicitud será debatida y votada en el Pleno de la Cámara tras el acuerdo adoptado ayer por la Mesa. La ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, comparecerá mañana, a petición propia, ante la Comisión de Medio Ambiente para informar sobre la catástrofe.
Máxima contaminación
Aunque la riada tóxica no llegó al Parque Nacional de Doñana, el corazón del coto, sus efectos sí se han dejado sentir en una zona del más extenso Parque Natural, que el director conservador Javier Cobos estimó ayer en 2.000 hectáreas. Cobos, que presidió en Almonte (Huelva) la sesión constitutiva de la junta rectora del Parque, no dudó en definir el desastre ecológico como «el más importante de Europa en los últimos años».La zona de diques que evitó que la riada llegara al Parque Nacional registra ahora los mayores niveles de contaminación. Según el informe emitido ayer por la Junta, el nivel de toxicidad del Canal de Aguas Mínimas, es cuatro veces superior al «valor de referencia». El pH registrado es de 4,6, cuando el pH 7 indica un nivel neutro de acidez.
En esta zona del Parque Natural, operarios de la Junta recogieron 800 huevos en las primeras horas tras la rotura de la balsa de las minas de Aznalcóllar. El vaciado del Lucio del Cangrejo dejó sin agua una extensa llanura en la que anidan -en islotes o carrizales- avocetas, cigüeñas o garzas imperiales.
«Los nidos se quedaron sin su defensa natural« explicó Pablo Pereiro, biólogo del centro de recuperación de fauna silvestre del Parque Nacional de Doñana. En este «hospital de campaña», en definición de Pereiro, trabajan desde ayer los primeros voluntarios coordinados por la SEO, que ha recibido casi 2.000 llamadas de personas ofreciéndo colaboración.
La primera tarea de los primeros voluntarios, que de momento se circunscribe a tres estudiantes de Biología de la Universidad de Badajoz, es alimentar a los primeros polluelos que rompen la cáscara de los huevos recogidos y puestos en incubadoras. «Su ayuda es muy necesaria», indicó la veterinaria del centro, Celia Sánchez, ante el aluvión de crías que se avecina.
El director del Parque Natural, Javier Cobos, recalcó la necesidad de recoger los lodos tóxicos antes de las lluvias de otoño, para prevenir el riesgo de que las aguas los arrastren a las marismas de Doñana. El buen tiempo en la zona, tras dos días de tormentas, permitió que excavadoras y camiones retomaran la operación de extracción de los residuos, que el lunes habían tenido que abandonar.
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