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Un anfitrión en segundo plano

Las negociaciones de Oriente Próximo se acercaron ayer a territorio europeo, pero su anfitrión, Tony Blair, se mantuvo en la retaguardia durante toda la jornada. El primer ministro británico, como anunció al convocar las conversaciones el pasado abril, cedió el protagonismo y papel moderador a Madeleine Albright, jefa de la diplomacia de EE UU, principal promotor del proceso de paz.Tan sólo de lograrse cierto avance en las posiciones es posible que el nuevo anfitrión, que logró el histórico Acuerdo de Stormont sobre el problema norirlandés, comparta hoy una sesión conjunta con el resto de los protagonistas. Las expectativas al respecto eran anoche mínimas y el equipo de Blair se resistía ayer a hablar de cumbre o conferencia.

Con su invitación, el primer ministro busca realzar el papel de la Unión Europea (UE) en Oriente Próximo y contribuir al esfuerzo norteamericano de pacificación. «Tener diferentes puntos de influencia y presión puede ayudar a solucionar el problema», expresó un portavoz británico.

La UE contribuye económicamente con el pueblo palestino. Desde 1994, ha destinado un total de 80.000 millones de pesetas en ayuda a la Autoridad Palestina. Dentro de este paquete de subvenciones se incluye una inversión para la construción del aeropuerto y del parque industrial de Gaza, cuya inauguración está suspendida a la espera de la reactivación del proceso de paz.

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