Un pacto de caballeros

Medios próximos al Instituto Monetario Europeo (IME) se mostraban ayer tranquilos ante los turnos que el holandés Wim Duisenberg y un francés harán al frente del Banco Central Europeo (BCE) y señalaban que esta decisión respondía a un «pacto de caballeros» con un valor «metajurídico», pero no «jurídico». Los medios reconocían que no existe institución legal que pueda obligar a Duisenberg a dimitir y que el Boletín Oficial de la Comisión Europea fijará que el nombramiento es por ocho años.En diversos medios económicos consultados por esta corresponsal se hacía ayer hincapié en los muchos factores que pueden surgir durante el periodo por el que Duisenberg ha asumido un «compromiso personal de caballero». Señalaban, entre otras cosas, la posibilidad de que Francia, tras haber conseguido que la reconozcan formalmente, está contenta con el presidente holandés y no pretenda sustituirlo por un francés.

Opinaban también que el conflicto entre Bonn y París por el puesto al frente del BCE quedará olvidado rápidamente si el euro se introduce con éxito. Aparentemente, en la sede del Bundesbank, en un barrio periférico de Francfort, el optimismo no era tan intenso y el presidente de la institución, Hans Tietmeyer, estaría seriamente preocupado por la decisión de dividir el mandato, según aseguraron medios financieros en esa ciudad.

Ni siquiera la presencia de Otmar Issing, uno de los mejores cerebros del Bundesbank, en el directorio del BCE, calma los ánimos en los rigurosos sectores bancarios vinculados al banco central alemán.

Al parecer, la preocupación es compartida por uno de los jefes de la patronal alemana, el presidente de la Federación de la Industria, Hans-Olaf Henkel, que se caracteriza por sus frases lapidarias. Henkel atacó el compromiso de Bruselas como un «mal compromiso». Y justamente ésta fue la frase empleada ayer en su portada por el diario Bild, que conecta con el sentir del ciudadano alemán de a pie. La transformación del IME en el BCE se traduce hoy ya a la práctica con la decisión del presidente de ambas instituciones, Wim Duisenberg, de invitar a los miembros del Consejo Ejecutivo del BCE a la tradicional reunión y selecta comida que los primeros martes de cada mes reúnen en Francfort a los gobernadores de los bancos centrales de los países miembros de la Unión Europea. Esto supone que Miguel Ángel Rojo, el gobernador del Banco de España, estará hoy en Francfort acompañado de Eugenio Domingo Solans, el catedrático de Economía que será uno de los seis miembros del Consejo Ejecutivo del BCE.