El "número dos" del FIS pide un alto el fuego a los grupos armados integristas de Argelia
El imam Alí Benhach, número dos del Frente Islámico de Salvación (FIS) y actualmente encarcelado en una prisión secreta en Argelia, ha escrito una misiva dirigida a tres emires (jefes guerrilleros) que operan en la región de Lajdaria (a unos ochenta kilómetros al sureste de Argel), para que observen una tregua «como hicieron los primeros musulmanes de la época del Califato», según informaron ayer los diarios argelinos La Tribune y Al Alam Siasia. Benhach, de 42 años y líder del ala más radical del islamismo argelino, es el único dirigente histórico del FIS -en cuya fundación participó- con suficiente autoridad sobre la guerrilla integrista, incluido el Grupo Islámico Armado (GIA), como para conseguir un cese de hostilidades.
La carta de Benhach, cuya existencia no ha sido verificada más allá de lo que recogen los mencionados diarios, puede abrir el camino a una negociacion en Argelia. El integrismo armado se encuentra en vísperas de cambios decisivos que podrían modificar el paisaje político del país magrebí, sometido a una guerra no declarada desde que en 1992 el régimen de base militar anulase las elecciones legislativas para impedir el acceso de los islamistas al poder, que se ha cobrado más de 80.000 vidas hasta ahora.El carismático clérigo musulmán, a quien periódicamente se ha venido dando como muerto ante la falta de noticias sobre su paradero, ha dirigido su llamamiento a los emires de las montañas de Zbarbar, lugar simbólico y sagrado para el islamismo armado argelino. Fue en esa zona en la que, en enero de 1992, se produjo el primer intento de unificación de las tres alas de la guerrilla integrista: la de los radicales del FIS, seguidores en su mayoría de Benhach; la de los herederos de la guerrilla que operó durante los años ochenta, y la de los ex combatientes en Afganistán, reunidos en el grupo Arrepentimiento y Exilio. Y fue en las mismas montañas de Zbarbar donde, tres meses más tarde, nació el Movimiento Islámico Armado como primera respuesta armada de los integristas.
Si el llamamiento al alto el fuego hecho por Benhach se confirma, es previsible que surjan reacciones contradictorias en el seno del islamismo armado. Los miembros del Ejército Islámico de Salvación (EIS, brazo armado del FIS) y del grupo Los Fieles del Juramento ya observan una tregua desde octubre pasado, tras la excarcelación del principal líder del FIS, Abassi Madani. Pero los grupos que se mueven en el seno del GIA , a los que se atribuyen las matanzas que han ensangrentado Argelia desde hace un año , ya hicieron saber entonces: «Si el imam (por Benhach) llama a la tregua, le combatiremos con las armas».
Movimiento dividido
Más incierta aún puede ser la reacción del grupo dirigido por el emir Hassen Hatab, Abu Hamza . Sus «batallones de la Yihad» han lanzado con éxito dos recientes ataques contra el Ejército. El primero, una emboscada contra un convoy militar en la Cabilia (región de mayoría bereber en el este de Argel), que causó 27 muertes en las filas del Ejército. El segundo, un asalto a un acuartelamiento, se saldó con 80 muertos y un número indeterminado de militares prisioneros.La misma división que se observa en el islamismo armado existe también en las filas del FIS en el extranjero. El llamamiento del imam Benhach puede encontrar un rápido eco favorable en la corriente moderada de la organización, reunida en torno a la dirección en el exilio en Alemania y Bélgica. En cuanto a los radicales, como Anuar Jadam, afincado en EE UU, su actitud es aún imprevisible.
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