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Reportaje:

Las comarcas centrales se aflojan el corsé

A las llamadas comarcas centrales valencianas, repartidas entre la provincia de Valencia (La Safor, La Vall d"Albaida y La Costera) y la de Alicante (La Marina Alta, El Comtat y L"Alcoià), se les ha quedado pequeño el corsé de la actual división territorial en provincias y de sus propias limitaciones comarcales. Por lo menos, cuando se habla en términos de competitividad empresarial y de capacidad de atraer inversiones. Esta reflexión, surgida en Gandia en 1992 y contemplada al principio con un notable escepticismo, se ha convertido, con el tiempo, en una ambiciosa iniciativa conjunta de estas comarcas que cuentan "con un cierto consenso político y social", según sus promotores, con el respaldo de la UE y del Consell y con un paquete de medidas concretas que confluyen en un mismo objetivo: crear un tercer polo de atracción económica en la Comunidad Valenciana que sirva para contrarrestar la "situación privilegiada" de los dos grandes núcleos de población, el área metropolitana de Valencia y el eje Elche-Alicante. El penúltimo paso dado en este sentido ha sido la reciente aprobación de los estatutos del Consorcio de las Comarcas Centrales (Ver EL PAÍS del 27 de marzo), un organismo de cooperación institucional y territorial que servirá para darle una personalidad jurídica al proyecto. En el consorcio, de momento se han integrado Gandia, Dénia, Oliva, Ibi, Alcoy, Tavernes de La Valldigna, Xàtiva, Cocentaina, Ontinyent y las mancomunidades de La Safor, La Vall d"Albaida y La Costera. Llegar a este punto no ha sido sencillo. Cebrià Molinero, ex concejal de Fomento Económico de Gandia y uno de los promotores de la iniciativa, señalaba que "hasta ahora faltaba el apoyo decidido de los partidos mayoritarios", en alusión al PSPV-PSOE y el PP, "porque se veía todo esto una intención de crear baronías". "Han sido necesarios dos años de conversaciones para acabar con las reticencias pero, sobre todo, ha sido fundamental el apoyo de la Unión Europea", añadía Molinero, que recordaba que una de las iniciativas más importantes que abordará el consorcio es el proyecto Concercost, que está incluído en el programa Terra de la Comisión Europea. Este proyecto, dotado con un presupuesto de 200 millones de pesetas, subvencionado al 50% por la UE, servirá para analizar las perspectivas de la zona y poner en marcha el Plan de Acción Territorial, una especie de reordenamiento de la política industrial, comercial, turística y urbanística de estas comarcas. Conseguido el respaldo político, atribuible en parte a un prudente ejercicio de equilibrismo que deja la presidencia del consorcio en manos del alcalde de Xàtiva, Alfonso Rus, del PP, la vicepresidencia para el alcalde de Cocentaina, José Marset, del PSPV-PSOE, y la sede y la gestión del organismo en Ontinyent y Gandia, respectivamente, el éxito de la iniciativa depende ahora de la complicidad del empresariado. Espoleados por la patronales de Alcoy y Gandia, las principales organizaciones empresariales de la zona estudian actualmente la creación de una asociación que les garantice representación en el consorcio. Con todo, ha sido necesario desactivar algunos fantasmas, entre ellos, la posible tentación de instrumentalizar el proyecto para crear una cuarta provincia. En este sentido se manifestó el presidente de la patronal alcoyana Dato, Enrique Masià, abogaba por el "fin de fronteras" y recomendaba abandonar esta idea. "Entre otras razones", decía, "porque un nuevo ente provincial no solucionaría el problema de la mejor vertebración territorial de la Comunidad Valenciana y sólo contribuiría a aumentar su desvertebración". Mariano López, presidente de la patronal de Xàtiva Adexa, coincidía en el peligro de una posible "utilización política del proyecto", aunque consideraba que la idea, "en general, es muy interesante, siempre que las decisiones que afecten a los empresarios se adopten por el propio empresariado". Los mentores de la iniciativa, mientras, no regatean ventajas. A juicio de Cebrià Molinero, "las ciudades de esta zona, por separado, no tienen capacidad de atraer inversiones en industria e infraestructuras". "Por ejemplo, está el problema del suelo industrial, ya que en la actualidad los polígonos industriales que se han planificado se han quedado obsoletos. Para Molinero, "el sistema debe ser el de la cooperación porque entre todas las comarcas centrales se cuenta con una población de 600.000 habitantes, suficiente para crear el tercer polo de atracción en la Comunidad Valenciana que se pretende". La cooperación, en todo caso, no se limitará al ámbito empresarial. El consorcio prepara una plan de actuación turística que servirá para complementar la oferta de sol y playa de la costa con rutas de interior y, de igual forma, se quiere ampliar la estrategia de intercambio a materias como el asociacionismo juvenil o la cultura. "Unificando esfuerzos, algunos eventos como los aniversarios de Ausiàs March y los Borja hubieran tenido mucha más repercusión", sentencia Molinero.

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