«La mejor inversión contra la tiranía es un ciudadano bien informado»
La Asamblea General de Naciones Unidas declaró en 1993 el 3 de mayo de cada año como el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Este año la Asociación Mundial de Periodistas ha entrevistado en Nueva York al secretario general de la ONU, Kofi Annan, para conocer su opinión sobre la lucha global por la libertad de prensa. Anan subrayó durante esa conversación, de la que EL PAÍS ofrece un amplio extracto, que «la mejor inversión contra la tiranía, la opresión y el abuso de poder es un ciudadano bien informado, precisamente porque conoce sus derechos y sabe defenderse».Pregunta. ¿Cómo reacciona el secretario general de la ONU cada vez que se entera de que un periodista ha sido asesinado o encarcelado en alguna parte del mundo?
Respuesta. En primer lugar, la pérdida de vidas, tanto de periodistas como de cualquier individuo inocente, es algo que me afecta personalmente y que nos afecta a todos por igual. Pero en el caso de periodistas y de personas que representan la voz del pueblo, a veces abogando por otros, a veces exponiendo abusos y excesos, cuando se les hace callar los perdedores somos todos. Porque perdemos una voz que se atreve a gritar la verdad, a denunciar algunos de los dolorosos abusos que ocurren en la sociedad.
P. ¿Y qué puede hacer la ONU para presionar a los gobiernos que continúan deteniendo periodistas?
R. Lo que hemos estado tratando de hacer a través de la Oficina del Alto Comisario de Derechos Humanos es precisamente insistir en que se respeten estos derechos y que se establezcan sociedades basadas en el imperio de la ley. El Programa de Desarrollo de la ONU, por ejemplo, dedica actualmente sustanciales esfuerzos al área gubernamental, estimulando a los gobiernos a que instrumenten una estructura legal correcta y funden instituciones adecuadas.
P. Pero, ¿puede usted negociar directamente con gobiernos, primeros ministros y presidentes para que pongan en libertad a un periodista encarcelado?
R. Hemos intervenido selectivamente en algunos casos, en los cuales no se trataba solamente de periodistas, sino también de individuos. Pero no es algo que hayamos hecho de manera sistemática. En cuanto concierne al tema de encarcelamientos injustos siempre los hemos condenado, en cualquier parte del mundo y en sentido global. Cuando me desplazo a algún país suelo abordar al Gobierno o pasarles una nota diciendo «¿podrían ustedes hacer algo por este señor o tratar de ayudarle?». Pero no es que dispongamos de un concepto sistemático aplicable cada vez que detienen a un periodista.
P. ¿Qué trascendencia atribuye a las actividades de la prensa en el fomento de la democracia y el progreso?
R. Su papel es importante desde dos puntos de vista. Primero porque disemina la información, además de advertir al público que efectivamente tiene derechos y estimularle a que los haga valer y se defiendan. Además saca a relucir excesos y abusos del poder. Precisamente esto me da la oportunidad de abordar lo que llamo el periodismo preventivo. El mundo mediático suele acudir al escenario cuando se ha derramado sangre y regresa a casa tan pronto ha acabado de contar el cuento. No obstante, hay situaciones en las cuales ha realizado y puede realizar una gran labor. Precisamente cuando se constata que comienza a surgir un problema. Muchas veces se escribe un solo artículo sobre el asunto y luego se abandona el tema. Pero creo que es necesario ser tenaz. Tenemos que seguir informando de modo que los que están en el poder se vean persuadidos u obligados a actuar antes de que se produzca la explosión. Lo que no podemos hacer es escribir, esperar a que se produzca la explosión, acudir al lugar de la catástrofe, cubrir la mortandad y asunto terminado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.