Els Ports celebra los "rotllos i primes"

Los habitantes de la comarca de Els Ports reviven, un año más, un nuevo ciclo de rogativas, rotllos i primes, cumpliendo con los votos de sus antepasados y que se han ido transmitiendo de generación en generación desde hace siglos. Asimismo se trata de ceremonias que cantan a la vida, que ruegan por la fertilidad de la tierra y por la clemencia meteorológica. Este fin de semana las celebraciones más destacadas tienen lugar en Morella y en Catí con sus tradicionales rogativas que recorren a pie largos trayectos. En el caso de Morella, más de 1.000 personas descendieron ayer, alrededor de las 9 de la mañana, desde la ciudad hasta el Santuario de la Virgen de Vallivana, situado a 24 kilómetros de distancia, recorrido que hoy volverán a realizar los morellanos para regresar al municipio. La rogativa realiza diversas paradas para almorzar, comer y merendar, además de cumplir fielmente con tradiciones como la de "despedirse" de la ciudad desde el Collet d"en Velleta, última elevación del camino que permite divisar la impresionante silueta de Morella. Durante todo el trayecto los romeros, ataviados con sombreros negros y bastones donde cuelgan ramas de romero, entonan los típicos Cánticos de Rogativa. Asimismo, en varios puntos del recorrido y en el santuario, se entregan rotllos i primes bendecidos, pan duro elaborado artesanalmente con adornos típicos de la comarca. Hasta hace unos años las mujeres no podían participar en esta celebración que tiene su origen en 1478, fecha en la que los jurados de la ciudad acordaron realizar cada año una romería, el primer sábado del mes de mayo, a Vallivana, el siguiente año, a La Balma y el tercero, a la Verge de la Font en Castellfort. Esta costumbre se extendió hasta el año 1620 cuando se decidió mantener únicamente la Rogativa a Vallivana una vez al año. La plaga de la peste Esta tradición tuvo el 14 de febrero del año 1673 una característica añadida, puesto que en esta fecha el pueblo morellano ofreció "un novenari de sis en sis anys" en acción de gracias a la Virgen de Vallivana por salvar a la población de un brote de pesete. Este voto se cumple fielmente cada seis años coincidiendo con las fiestas sexenales, siendo trasladada la imagen de la Virgen hasta la Iglesia Arciprestral de la ciudad, tal y como hicieran los morellanos a lo largo del siglo XVII para curar a sus enfermos.