Doblete cubano

Era su primer teatro en Madrid en 21 años. Un recital en toda regla. Y confesó sentir el miedo de un primerizo. Pablo Milanés y Silvio Rodríguez se comieron casi todo el goloso pastel de aquella generación de jóvenes trovadores de Cuba. Los demás -Noel Nicola, Vicente Feliú y Amaury Pérez, entre ellos- han tenido que conformarse con las sobras.Amaury Pérez, oriundo del Reparto de Fontanar -«réplica tercermundista de Beverly Hills», según dijo riendo-, estuvo muy gesticulante y acelerado toda la tarde. Aunque explicó que si se le veía un poquito enloquecido era porque él es así. El hilo conductor lo enhebró desde sus comentarios: apuntes de una biografía que incluye una novia compartida con Silvio Rodríguez, largas estancias en México y anécdotas graciosas. Contó que un amigo le había dicho en cierta ocasión que su estilo se hallaba entre Raphael y Serrat y que eso jamás podría funcionar.

Reconoció ser un enamorado de aquella música que se hacía en los años treinta y cuarenta en Nueva York. En realidad le tira casi más el crooner que el cantautor. Tan claro que ni siquiera se protege con una guitarra. Durante casi dos horas repasó lo mejor de su cancionero (Acuérdate dea bril, Vuela pena...), que cuenta con canciones magníficas como Encuentros. Y recibió con gesto visiblemente emocionado la visita de su admirado Alberto Cortés.

Si Amaury Pérez posee una de las mejores voces de la trova de la isla, Isaac Delgado heredó con sus genes uno de los timbres más agradables de la salsa cubana. Y pese a dedicarse al género bailable, también ha asistido a la escuela de la canción.

Lo quiso dejar claro desde el principio: «Yo canto pa' to' lo' cubano'». Más desde que hace unos días actuó en un club de Miami sin incidentes y, según parece, con el beneplácito de los prebostes musicales de la segunda ciudad de Cuba.

En el día de los trabajadores, los cubanos residentes en Madrid hicieron sesión doble. En la Caracol, Isaac Delgado interpretó el popurrí para el sonero de su disco El año que viene, rindió homenaje de palabra y música a los veteranos conocedores de las raíces que han sido redescubiertos ahora, recordó sus tiempos como solista de NG La Banda (Necesito una amiga) y ofreció un vacilón cha-cha- chá y hasta un número del repertorio de Celia Cruz. Con planteamientos que intentan conciliar los sonidos de Puerto Rico, Nueva York y Cuba. Utilizar elementos del flamenco entra en sus planes más inmediatos.

Isaac Delgado, que formó parte en sus inicios del Proyecto del pianista Gonzalo Rubalcaba, se ha instalado desde hace unos meses entre nosotros para preparar su asalto al resto de Europa. Aquí va a grabar su próximo disco. No hace sino seguir los pasos de su madre, Lina Ramírez, que ya vivió en Madrid tres años cuando era una de Las Mulatas de Fuego. En España la música de Cuba está, como dicen ellos, «arriba de la bola». Y esto no ha hecho más que empezar. Prepárense para lo que viene.