El campus de Babel

Hablan lenguas distintas, pero se entienden entre ellos. Proceden de 22 países y estudian en la misma Universidad: la de Alicante. El campus de Sant Vicent albergó ayer el primer Día Internacional de la Universidad de Alicante, en la que los 400 alumnos extranjeros matriculados intercambiaron impresiones y mostraron las tradiciones de sus países de origen. La mayoría de ellos lleva sólo unos meses en Alicante y están dispuestos a volver cuando sea. Sahbi Hemrit tiene 27 años, es tunecino, y estudia Derecho Privado Internacional. Dice que le ha sorprendido, sobre todo, la semejanza entre la cultura española y la tunecina. "Estoy seguro de que España todavía no está en Europa, son dos ámbitos distintos", afirma. La chicha, una cachimba de porcelana, y la jaima, una tienda habilitada para degustar el té moro, fueron algunos de los atractivos de esta feria internacional. Los alumnos de la Universidad de Alicante tuvieron la oportunidad de conocer otras universidades del mundo y otras culturas. Brasil, México, Tahití, Cuba, Uruguay y Colombia también estuvieron presentes. De este último país es Luz Marina, que cursa estudios de doctorado en bioquímica y agroquímica. Ella está encantada de que "la gente sea tan agradecida como allá". Y afirma: "De acá me gusta sobre todo la primavera y el verano". Diego es uruguayo, estudia Económicas en Alicante desde hace dos meses, centrado en informes sobre cooperación para el desarrollo. La gente se acercó ayer a la caseta de su país para preguntar sobre viajes y a disfrutar de algunas tradiciones. "Acá lo que se pregunta es el tema del mate, una infusión un poco fuerte y que ayuda a estudiar", señala. A Diego y a Marina, como a la mayoría de los latinoamericanos, les sorprende el campus. "En Uruguay no es común encontrar un centro con este grado de modernidad, y menos un campus tan grande. En Montevideo, esto sería un barrio de la ciudad", asegura. Las casetas de Europa ofrecieron, sobre todo, información sobre universidades, como la de Udine en Italia, Oxford en Inglaterra o Edimburgo en Escocia. Australia, Finlandia, Islandia y Dinamarca también mostraron las excelencias de sus universidades, pero no todo fue explicar planes de estudio y tradiciones. La cerveza alemana y otros manjares internacionales sirvieron para amenizar la velada que ofrecieron varios restaurantes especializados en comida francesa, hindú e italiana. La carne la aportó la Casa de América de Alicante. Marcus Eilenberg procede de Holanda y ayer no daba crédito ante las preguntas que le formulaban los estudiantes de Alicante sobre si en su país los osos deambulaban por la calle. "Hace frío, pero no es para tanto", argumentaba. Los Países Bajos presentaron su oferta en un pabellón conjunto. La solidaridad también se hizo un hueco en la fiesta. Varias casetas de organizaciones no gubernamentales, como fue el caso de Intermon y Greenpeace, despertaron la curiosidad de los alumnos. El rector, Andrés Pedreño, inauguró, acompañado de varios cónsules acreditados en Alicante, la feria. El rector se sumó a la celebración y se quitó los zapatos, arremangó los camales de los pantalones, sumergió los pies en un barreño lleno de pintura y marcó sus huellas sobre una alfombra blanca, como símbolo de convivencia entre las diferentes culturas. En la feria, organizada por el Secretariado de Relaciones Internacionales, los alumnos tuvieron la ocasión de conocer leyendas y tradiciones nórdicas y germánicas, ya que, a las siete de la tarde, se realizó un taller de narraciones en el recién inaugurado Rincón del Poeta. El éxito de la feria obligó a la organización a anunciar que la próxima edición se podría prolongar durante una semana. Los actos concluyeron por la noche con un concierto de música celta y latina en los jardines del campus.