CANTORES BOTÁNICOS
La alargada sombra del urbanismo despiadado planea aún sobre el Jardín Botánico de Valencia. La pretensión municipal de edificar un par de colosales moles de hormigón al pie de este vergel urbano provocó hace unos años el nacimiento de un colectivo, Salvem el Botànic, que ahora imprime a sus reivindicaciones un agradable impulso musical. Salvem el botànic (Alía) se titula, sencillamente, el disco doble con el que este colectivo ecologista se propone extender su labor de concienciación, a la que se suman 30 artistas -o cómplices- de primer nivel: lo más florido de las tierras valencianas (Joan Amèric, Al Tall, Perico Sambeat, Ximo Tébar y, por supuesto, Raimon), una amplia delegación mediterránea (Serrat, Lluís Llach, Marina Rosell, María del Mar Bonet) y hasta algún selecto representante del foro, caso de Joaquín Sabina. Pese a tan excelsa nómina, quizás el momento de mayor paroxismo en estas dos horas largas de música sea la versión que los jóvenes Munlogs se marcan de Al vent: para hacerse una idea, como si el reproductor funcionara a 78 revoluciones.
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