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Kohl obtiene el apoyo de la dirección de su partido tras la derrota en Sajonia-Anhalt

Pilar Bonet

Ante la derrota de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) en las elecciones regionales en Sajonia-Anhalt, Helmut Kohl pidió ayer a la dirección de su partido que se pronunciara sobre su nueva candidatura al puesto de canciller federal en el que permanece desde hace 16 años. «Si alguien tiene algo que decir, que lo diga aquí y ahora», dijo Kohl a los líderes de la CDU con los que se había reunido por la mañana para analizar los comicios, según explicó Christoph Bergner, el político que encabezaba la lista electoral demócrata-cristiana en Sajonia-Ahhalt, ante varios corresponsales extranjeros.

Bergner, que participó en la maratoniana sesión y que acompañó después al canciller en una rueda de prensa, confirmó así los rumores, según los cuales el mismo Kohl se decidió a tomar el toro por los cuernos y a pedir a sus compañeros de la directiva que le renovaran su confianza. Con este ruego, que no fue una oferta de dimisión, el canciller aparentemente quería poner fin a las especulaciones sobre un supuesto golpe de Estado interno para sustituirle como candidato a canciller en las legislativas del 27 de septiembre. Según Bergner, la dirección de la CDU respondió ayer a la petición del canciller con explícitas muestras de apoyo y el tema quedó así zanjado, sin ninguna discusión. Otras fuentes señalaron que Kohl había calificado la ocasión como «la última oportunidad» de pronunciarse sobre su candidatura, aunque ésta debe ser ratificada formalmente en un congreso en Bremen a mediados de mayo.

En su primera reacción pública al desastre del domingo, Kohl, que reconoció la magnitud de la derrota, manifestó que la directiva de la CDU no había discutido sobre temas personales y agregó: «No ha habido ni rastro de dimisión». «El candidato Kohl con sus amigos está en situación de ganar las elecciones, quiere ganarlas y lo va a demostrar», sentenció Bergner.

Los diversos partidos alemanes sacaban ayer consecuencias sobre los comicios de Sajonia-Anhalt, cuyos grandes perdedores fueron la CDU, que obtuvo el 22% de los votos (en 1994 su resultado fue del 34,4%), y Los Verdes, que obtuvieron un 3,2% (en 1994, un 5,1%) y que tendrán que abandonar el último bastión de poder regional que les quedaba en el Este. El SPD se hizo con la victoria con un 35,9% de los votos (34% en 1994), lo que constató el carácter limitado del efecto Schröder en el Este, y el PDS de los socialistas de la ex Alemania Democrática cosechó un 19,6% (19,9% en 1994).

Los derechistas de la Unión del Pueblo Alemán (DVU), los verdaderos ganadores, lograron un resultado del 12,9%, con lo que entran por primera vez en un Parlamento del Este de Alemania. El Parlamento de Sajonia- Anhalt queda compuesto por cuatro fuerzas: el SPD con 47 escaños; la CDU, con 28; el PDS, con 25, y la DVU, con 16.

Las declaraciones que hacían los representantes de los dos grandes partidos alemanes, la CDU y el SPD, parecían indicar que Sajonia-Anhalt se encaminaba hacia una gran coalición. En otros länder (Bremen, Berlín, Mecklenburg-Vorpommern y Turingia) existen coaliciones entre la CDU y el SPD, pero una nueva alianza regional en vísperas de los comicios federales podría ser un arma de doble filo para ambas formaciones.

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Presiones

Tras la indefinición expresada el día anterior, el jefe de Gobierno de Sajonia Anhalt, el socialdemócrata Reinhard Höppner, se plegó a las presiones de los dirigentes del SPD en Bonn y excluyó negociaciones para formar una coalición con el PDS. Tras una reunión de la directiva del partido, Höppner insistió en querer mantener conversaciones no sólo con la CDU, sino también con el PDS. Kohl reconoció ayer que las discusiones de las últimas semanas han sido uno de los elementos que ha contribuido a debilitar a la CDU en el Este del país y reiteró su llamamiento a acabar con los debates, que han evidenciado los conflictos personales en el seno de la coalición gubernamental. Kohl elogió a Wolfgang Schäuble y al programa electoral confeccionado bajo su dirección. Schäuble, al que Kohl considera como su delfín, está en el centro del huracán en la coalición gubernamental. Mientras unos quisieran verlo como sustituto de Kohl, otros sectores, especialmente la Unión Social-Cristiana de Baviera, están en su contra.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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