Metro mejora la frecuencia de paso en tres líneas con un nuevo sistema

Cualquier habitual del suburbano habrá contemplado la escena en alguna ocasión. Un tren se escapa por los pelos con sus vagones atestados de gente y al cabo de apenas un minuto irrumpe en la estación otra unidad con la mitad de sus asientos vacíos. Son los problemas inherentes a la circulación en una red en la que las distancias entre paradas pueden variar en hasta 400 metros, y donde los viajeros remolonean más o menos a la hora de entrar y salir del convoy. Con todo, las tecnologías de última generación parecen en condiciones de resolver en buena medida el entuerto. A lo largo del último mes, la compañía Metro de Madrid ha puesto en marcha en las líneas 1, 2 y 3 un novedoso programa informático denominado Sirat (Sistema de Regulación Automática de Trenes), gracias al cual cada conductor sabe en cada momento si debe acelerar su marcha, aminorarla o modificar el tiempo de espera en la estación. Para ello, el programa analiza el comportamiento "ideal" del sistema, lo compara con el real y lanza las órdenes más precisas para "corregir las desviaciones".

Este programa, que ya se había ensayado con éxito en un par de líneas del metro de Barcelona, es fruto de la colaboración de dos instituciones: el Instituto de Investigación Tecnológica, adscrito a la Universidad Pontificia de Comillas, y la empresa madrileña Dimetronic. "La clave de todo se encuentra en contrarrestar una tendencia permanente en la circulación ferroviaria, que consiste en que los convoyes se acumulen en un sector concreto de cada línea", enfatizan los padres del proyecto.

Un 18% menos de energía

Por ahora, el ingenio tecnológico parece cumplir con sus objetivos. Un informe técnico sobre la línea 1 que la compañía ya ha finalizado estima que la regularidad en la frecuencia de paso ha mejorado en un 43% desde que el programa empezó a funcionar. Y no sólo eso: como se optimiza el rendimiento de la línea, el ahorro en el consumo de energía ya ronda el 18%. Quizás el usuario medio piense que variar las frecuencias de paso en unos pocos segundos no supone gran cosa en el contexto de un periplo de veinte o treinta minutos por los intestinos de la ciudad. Sin embargo, hay un aspecto en el que la mejora salta más a la vista: como la distribución de los viajeros es más uniforme, el metro puede seguir transportando exactamente a las mismas personas, pero de una manera más confortable.

Con todo, el Sistema de Regulación Automática de Trenes no es la solución definitiva a los problemas del tráfico bajo tierra, como reconocen sus propios creadores y Metro de Madrid. La desviación respecto al intervalo ideal entre los diferentes vagones aún ronda los 40 segundos. "Bien es cierto que esa cifra ascendía antes a 1 minuto y 11 segundos, pero aún se puede mejorar", reconocen ambas partes.