Una nueva planta evitará que los lodos putrefactos de las depuradoras huelan mal

La comisión municipal de Medio Ambiente dará hoy el visto bueno a un nuevo proyecto: una planta que se encargue de secar los barros putrefactos provenientes del agua que pasa por las depuradoras. El objetivo es que, tras aplicarles calor a estos lodos, se sequen y no despidan mal olor. Se colocará junto al vertedero de Valdemingómez, junto a la depuradora Sur, y costará 1.200 millones de pesetas. El grupo municipal socialista votará en contra porque a su juicio no evita malos olores sino que los genera y porque se enclava "en la castigada zona sur".

El pleno municipal del próximo día 29 vendrá cargado de proyectos relacionados con el Medio Ambiente. En total, se adjudicarán obras por valor de casi 4.000 millones de pesetas. Entre estas obras, se cuenta la construcción de nuevos colectores, como el de Somontes, de 2.000 metros de longitud; el de Rejas, de 4.150 metros, que servirá a los nuevos polígonos de Las Rosas, en San Blas.

También se incluyen las mejoras "medioambientales" de cuatro de las siete depuradoras con las que cuenta la capital (Viveros, Rejas, Butarque y La China), y la regeneración del tramo norte del Manzanares

Todos estos proyectos vienen subvencionados por la Unión Europea a través de los Fondos de Cohesión, esto es, el dinero que Europa destina a los países menos desarrollados.

La parte del Manzanares a la que le afecta el proyecto que se aprobará en el próximo pleno (previo paso por la comisión de hoy) son los 13 kilómetros que discurren desde la presa de El Pardo al cauce urbano. Entre otras cosas, se rehabilitarán los márgenes, se limpiará el río y se regenerarán las compuertas existentes ahí. Todo esto costará 315 millones de pesetas.

El mes pasado se adjudicó, por 1.171 millones, la regeneración del tramo sur, el que va desde el nudo Super Sur hasta el término municipal de Getafe.

Para algunos de estos proyectos ha sido necesario expropiar de urgencia terrenos por valor de 1.000 millones de pesetas.

Igual pasó el mes pasado. Y algunos de los expropiados han protestado. Uno de los que se han quejado ha sido Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). En las alegaciones presentadas, que serán hoy examinadas también por la comisión de Medio Ambiente, un representante de AENA explica que los terrenos ocupados por el aeropuerto de Barajas "son bienes de dominio público no suceptibles de expropiación". El representante de AENA añade que es necesario que el Ayuntamiento pida los permisos necesarios para la expropiación de terrenos.

No sólo AENA ha protestado. En total, la comisión de Medio Ambiente estudiará otra queja de la Dirección General de Carreteras por la misma razón y más de una decena presentadas por particulares.

El concejal de Medio Ambiente, Adriano García-Loygorri, del PP, ya hizo frente en el mes anterior a las críticas del PSOE por esta manera veloz de expropiar. Apeló a la "urgencia" con que deben ser llevadas a cabo las obras debido a que la Unión Europea, que es la que paga, impone unos plazos draconianos. "No quiero ni pensar qué pasaría si no se cumplieran esos plazos", dijo en tonces el edil de Medio Ambiente.

Práctica ilegal

El mes pasado, el mismo interventor municipal dijo que se habían adjudicado obras sin ni siquiera haber sido expropiados los terrenos necesarios, y que esta práctica era, en principio, ilegal. Después, el interventor añadió que la concejalía de Medio Ambiente podía agarrarse a una argucia legal: apelar a la Ley Especial de la Sequía, que permite adjudicar obras sin haber expropiado los terrenos. Entonces, el PSOE, por medio del concejal Rafael Merino criticó "la precipitación con la que se adjudicaban los trabajos en el área de Medio Ambiente". También denunció que se recurriera a la sequía en uno de los años más lluviosos. Todos estos proyectos se incluyen en el II Plan de Saneamiento Integral, una ambiciosa serie de actuaciones que tienen por objeto regenerar la capital por dentro: se modificarán tuberías, se construirán 100 kilómetros nuevos de alcantarillas y se desdoblarán y se construirán colectores. Asímismo, el río dejará de ofrecer el aspecto degradado que presenta ahora. Todo esto costará 43.000 millones de pesetas.