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Borrell embelesa a la militancia socialista en la Feria de Abril de Santa Coloma

Con José Borrell llegó la lluvia a la Feria de Abril, "pero de votos", como le dijo una de las personas que le dieron la bienvenida. El entusiasmo se desató pese a que el agua que caía impidió el baño de multitudes que se esperaba. De las casetas salían a gritarle "¡Borrell, Borrell!". Entró al recinto con el diputado José María Mendiluce; la alcaldesa de Santa Coloma, Manuela de Madre, y el primer secretario del PSC, Narcís Serra. Estaba radiante, pero quiso administrar la euforia con prudencia. "Esto era un entrenamiento, un ensayo general", dijo.

Borrell reconoció que, a pesar de ser un ensayo, "ha ido bien". "Pero más que haber ganado las primarias, a juzgar por el entusiasmo, parece que hayamos ganado el Mundial de fútbol", dijo Borrell. Minutos después, ya en la caseta del PSC, subió el tono de su discurso y dijo: "Hoy empezamos la campaña electoral y no pararemos hasta llegar a La Moncloa". Aunque advirtió que no pensaba dar un mitin, se fue calentando. "Hemos civilizado la política y la hemos socializado un poco más como actividad porque no debe estar reservada a una casta o élite". Después de dar un vistazo a la caseta de la entidad organizadora, la FECAC, entró de lleno a hablar de la lengua. "La gran lección de la campaña es que hay mucha más gente que habla catalán de lo que uno cree. En Almería encontré un montón que lo hablaba mejor que Aznar". El punto álgido de la visita de Borrell llegó al afirmar: "Este pueblo es el resultado de un gigantesco mestizaje cultural y lingüístico. No hay diferencia de ninguna clase". "Yo lo entiendo", añadió, "porque soy un poco mestizo". Dicho esto, cambió el semblante y matizó: "Para que se entere Pujol: soy catalán de pura cepa, con una pureza de no sé cuántas generaciones". Cuando se dirigía a la caseta del PSC, una mujer se le abalanzó para decirle que era votante del PP pero que le votaría a él. Sus compañeros socialistas le acogieron con los gritos de "¡presidente, presidente!". Las juventudes socialistas coreaban: "¡Oa, oa, oa, Borrell a La Moncloa!". Mendiluce fue muy aplaudido, pero Narcís Serra no tuvo tanta suerte y se oyeron silbidos entre un sector del público al nombrarle el presentador. Borrell dijo que ayer empezaba la campaña electoral a las generales y que no pararán hasta el día en que el partido socialista llegue a La Moncloa. Insistió en que Santa Coloma es la línea de salida de ese recorrido que acaba en la sede del Gobierno de la nación, que está, exactamente, a 674 kilómetros, dijo. En su rápido paseo por la feria no se le despegó ni un instante Narcís Serra, quien fue reconocido por una mujer que le comentó a su compañera: "¿Oye, mi arma, ése no es el que se parecía a Mortadelo disfrazado de flamenco cuando el año pasado se puso aquí el sombrero cordobés?". A los organizadores se les había olvidado, antes de que descargara la tormenta, colocar el cartel de completo. Así estaba el patio de rebosante media hora antes de que llegara Borrell. Luego, cuando él y su comitiva abandonaron la feria, las calles del real quedaron encharcadas y hubo que colocar tablones para poder pasar. Borrell despertó una gran expectación entre un público que está ya de vuelta de la visita de autoridades, acostumbrado con está a que todos los años desembarquen políticos allí. A Borrell no se le ocurrió mejor forma de corresponder a sus votantes de Cataluña que trasladándose a la Feria de Santa Coloma. Anunció que hará lo propio con la de Sevilla porque, dijo, tiene previsto agradecer su apoyo los andaluces, al igual que al resto de España.

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