La Asamblea francesa aprueba entrar en el euro sin el respaldo gaullista
"Si el ridículo matase, hoy el RPR se habría quedado sin diputados". Ése era el resumen que hacía un portavoz del Partido Socialista de la jornada parlamentaria de ayer. En efecto, los gaullistas del RPR (Unión para la República), después de haber dicho que votarían favorablemente "la resolución relativa al paso al euro", optaron el martes por anunciar un voto en contra y el miércoles escogieron abstenerse abandonando el hemiciclo.
"La posición del grupo es muy clara: sí al euro, sí a Europa, no a la política de Lionel Jospin, que nos tiende una trampa" explicaba Jean-Louis Debré, líder gaullista en la Asamblea Nacional. Francois Bayrou, centrista de la coalición Unión para la Democracia en Francia (UDF), no consideraba tan clara la actitud de sus aliados del RPR: "Cuando estábamos en el Gobierno estábamos a favor del euro y no podemos cambiar de opinión por el mero hecho de estar en la oposición". Para camuflar sus bandazos, el RPR decidió también ayer presentar una moción de censura "contra la política económica del Gobierno, que no favorece un euro fuerte ni la llegada de la moneda única".
La iniciativa debiera servir para reagrupar de nuevo el voto conservador -la UDF dijo enseguida que sería "una moción de censura común" que relativizaría la importancia de Ias diferencias de análisis coyunturales"- y, eventualmente, para poner en evidencia las fisuras en el bloque gubernamental. Es decir, en esa izquierda plural que agrupa, junto a los europeístas convencidos que son socialistas y ecologistas, a comunistas y republicanos radicales que reclaman un referéndum para ratificar un paso al euro al que, por otro lado, son hostiles.
Los incomprensibles cambios del RPR pusieron en un aprieto al presidente Jacques Chirac, que hace apenas una semana había declarado públicamente que era partidario del euro. Philippe Séguin, presidente del RPR, cabeza visible en 1992 del movimiento en contra del Tratado de Maastricht, propuso la opción del voto contrario al euro, al parecercon el acuerdo de Chirac, que no calculó hasta qué punto iba a enturbiar aún más el mensaje gaullista. "No podemos dejar que el Frente Nacional quede en solitario en el campo de la oposición", decía el también RPR Nicolas Sarkozy, para quien nada hay más peligroso que "los votos de consenso".
El primer secretario del PS, François Hollande, resumió así la situación creada: "Cada vez que Philippe Séguin pretende disparar contra Jospin, le da a Chirac". El ex primer ministro gaullista Alain Juppé también debió creerlo cuando, en los pasadizos del Parlamento, preguntó a sus correligionarios si ellos "le veían votando en contra el euro". Ayer, después de mucho dudar, abandonó la sala en el momento del voto. El resultado del escrutinio fue el siguiente: 334 votos a favor y 49 en contra sobre un total de 395 votantes y 383 diputados participantes en el voto.
El desglose de los sufragios sirve para ver que 226 socialistas, 90 de la UDF, 5 ecologistas, 10 radicales de izquierda y 1 gaullista votaron a favor; 32 comunistas, 7 republicanos de izquierda, 1 gaullista, 4 socialistas, 1 conservador y 1 diputado de la Martinica votaron en contra.
El voto negativo de la treintena larga de diputados comunistas fue explicado por Robert Hue porque su partido está "en contra de una austeridad sin fin" y "una Europa ultraliberal" contraria a la "Europa social que el PCF" propugna. Los casi 140 diputados gaullistas se retiraron después de oir cómo Philippe Séguin le reprochaba al Ejecutivo "no haber obtenido contrapartidas indispensables del poder tecnocrático del Banco Central Europeo".
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