Dos bajas en 48 horas

El presidente de Brasil ha sufrido dos importantes bajas entre quienes le respaldan para su campaña de reelección el próximo otoño. El más eficiente y respetado interlocutor del Ejecutivo en el Parlamento brasileño, el diputado del conservador Partido Frente Liberal Luis Eduardo Magalhaes, murió apenas 48 horas después del fallecimiento del ministro de Comunicación, Sergio Motta, el pasado domingo. Fernando Henrique Cardoso, además de perder a sus dos principales canales de diálogo, negociación y ejecución de sus planes políticos, tendrá que hacer frente al hundimiento moral que ha sufrido su principal aliado, el senador Antonio Carlos Magalhaes, quien tardará en recuperarse de la muerte de su hijo. Si Motta era el brazo derecho de Cardoso, Luis Eduardo era el brazo izquierdo. Su firme actuación en la presidencia del Parlamento, en los dos primeros años del actual gobierno, fueron fundamentales para garantizar la aprobación de las reformas de la economía y de la enmienda constitucional que posibilita la reelección de Cardoso. Hasta su muerte dictaba el ritmo en el Congreso, calculando el momento de llevar a votación los temas de interés del Ejecutivo y capitaneando las duras negociaciones con la izquierda y los sectores más conservadores.