El vicepresidente acusa a González de dirigir la estrategia para desacreditarle

. El vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, centró en el ex presidente Felipe González la parte sustancial de su intervención, en tono acusatorio. Comenzó por asegurar que "sería una ingenuidad ignorar que esta comparecencia trae causa del anuncio que realizó el ex presidente González Márquez en México el 9 de mayo del año pasado, acusándome de prometer 'cosas para cuando pudiera tener poder para practicarlas' con objeto de que [José] Amedo y [Míchel] Domínguez le acusaran a él".

Inmediatamente formuló una declaración de principios de fe democrática con apelaciones al "escrupuloso respeto al Estado de derecho" y la afirmación de que "ni el Gobierno ni nadie está legitimado para combatir el crimen con el crimen". Después aseguró que era "imprescindible hacer un relato verosímil de cuanto ha sucedido" y desgranó 15 puntos iniciados todos con la frase "es un hecho", en los que enumeró todas y cada una de las actuaciones de los GAL y de los sumarios que han abierto los tribunales, además de incluir numerosas citas del libro En el laberinto, del jefe de prensa del ex ministro Juan Alberto Belloch, Fernando López Agudín. Álvarez Cascos dedico una parte de sus intervenciones a desmontar la acusación de conspiración que nació a partir de unas declaraciones del ex director de Abc, Luis María Anson: "Es un hecho", dijo, "que para rematar la farsa de la conspiración el PSOE jalea unas declaraciones de Anson a Santiago Belloch, anticipadas y manipuladas por EL PAÍS antes de su publicación en Tiempo y de las que informó en primicia el ex presidente González al president Jordi Pujol". Anson afirmaba en esa entrevista que para terminar con González "se había rozado la estabilidad del Estado". En el original de la entrevista se llegaba a decir que el objetivo de la trama era, Ilegar al límite y poner en riesgo el Estado" con tal de terminar con González. Esta frase, recogida en el anticipo que publicó este periódico, desapareció en la versión corregida por Anson y finalmente publicada en Tiempo.

Antes, Álvarez Cascos había insistido en que tras desclasificarse los papeles del Cesid por sentencia del Tribunal Supremo, González le acusó "con base en una supuesta grabación, en todo caso ilegal, realizada al abogado Jorge Manrique por miembros de la 'trama político-policial', de participar en una intriga contra él". Inmediatamente, achacó a la misma "trama" actuaciones contra el director del diario El Mundo y para ello aseguró que "desde octubre de 1997 el periodista Pedro J. Ramírez ha sido objeto de una deleznable campaña de chantaje y descrédito entre las personas que están implicadas en la citada trama político-policial".

Álvarez Cascos no se refirió ni por un segundo a su reunión con el abogado Manrique en el despacho de Ramírez y en la primera réplica a los portavoces se explayó para demostrar que no estaba dispuesto a hacerlo: "¿En base a qué títulos tengo yo que decir con quién me he reunido?", se pregutó.