Guterres confía en que China ''respete los derechos y libertades'' en Macao

ENVIADO ESPECIAL El primer ministro portugués, Antonio Guterres, confía en que el régimen comunista. de Pekín "respete los derechos y libertades" alcanzados en Macao después de que el territorio chino bajo administración portuguesa desde 1557 sea devuelto a Pekín, el 20 de diciembre de 1999. Antes de abandonar Macao, Guterres reconoció ayer su preocupación" por la oleada de crímenes cafiosos desatada para controlar los casinos de juego, principal fuente de ingresos de este enclave, que pasará a tener un régimen similar al de Hong Kong.

Ante el pleno de la actual Asamblea Legislativa de Macao, Antonio Guterres subrayó su deseo de que la futura Región Administrativa Especial, bajo control de Pekín, preserve el Estado de derecho". El primer ministro luso confía en que la futura Ley Básica de Macao, negociada bilateralmente y que regirá ese territorio durante los 50 años posteriores a su entrega a Pekín, sea respetada y mantenga los "derechos y libertades". adquiridos por todos sus habitantes.

Guterres espera que el actual modelo chino, basado en el principio de ún país, dos sistemas, respeté los acuerdos alcanzados para preservar ''la prohibición de la pena de muerte y la cadena perpetua", así como la aplicación de los pactos internacionales de la ONU sobre derechos humanos. El mandatarío portugues confía en que "el día a día de los macaenses no sufra alteraciones significativas". Por otro lado, Guterres reconoció su "preocupación" por los atentados de las Triadas (sectas mafiosas chinas), que desde hace meses se disputan el futuro control de los casinos de juego, cuyos beneficios estimados sobrepasaron el pasado año los 2.000 millones de dólares (más de 300.000 millones de pesetas).

El gobernador de Macao, el general Rocha Vieira, admitió ayer la impotencia de las autoridades en la lucha contra el crimen organizado, aunque precisó que se trata de asesinos "importados", por lo que se están estudiando medidas de coordinación policial con Pekín.

Las Triadas asesinaron en el año pasado a más de 30 personas, y este año han acabado con la vida de un inspector del Juego, un responsable del servicio de Aduanas y del conductor del secretario para la seguridad del territorio.