El CES aprueba el nuevo IRPF con críticas y con la oposición de los representantes sindicales
El Consejo Económico y Social (CES) emitió ayer un dictamen favorable a la reforma del impuesto sobre la renta que el Gobierno ha presentado, aunque con importantes críticas. Los empresarios la apoyan, mientras los sindicatos la rechazan por considerar que favorece a los más ricos y que impedirá al Gobierno cumplir sus compromisos sobre pesiones. ELCES cree positivo bajar la presión fiscal para favorecer el ahorro y la inversión, pero advierte al Gobierno de que no debe re cortar el gasto social ni subir otros impuestos, rechaza la fiscalidad de la vivienda y considera que el tipo máximo debería ser del 40%. Igualmente, cree "inadecuado" que el límite de la deducción por hijos se establezca en los 25 años frente a los 30 actuales.
El Consejo Económico y Social es un órgano consultivo y, por tanto, sus dictámenes no condicionan las decisiones que debe adoptar el Gobierno, que el próximo viernes tiene previsto aprobar la reforma del IRPF. No obstante, la posición del CES, donde están representados sindicatos, empresarios, expertos y otras organizaciones, es una primera prueba sobre la aceptación social del nuevo IRPF. El CES ha tenido que elaborar su informe con importantes trabas. El anteproyecto de ley le fue entregado al comienzo de la pasada Semana Santa, lo que ha limitado a una semana hábil el tiempo para fijar su posición. Para mayor dificultad, la memoria económica del anteproyecto fue remitida por el Ministerio de Hacienda el pasado viernes. Esta memoria no sólo ha llegado "con retraso", sino que es "insuficiente", según se recoge en el dictamen. La votación de ayer, no obstante, recibió el apoyo mayoritario, gracias al apoyo de los empresarios y pese a la posición contraria de los sindicatos. Se aprobó por 30 votos a favor, 13 en contra y una abstención.
El CES considera que el nuevo impuesto supone "un avance" respecto de la situación actual "en términos de modernización, reducción de la presión fiscal, simplificación, impulso al ahorro, aceleración del crecimiento económico, creación de empleo y mejoras progresivas en la redistribución de la renta".
El dictamen, sin embargo, advierte al Gobierno que esta reforma no debe suponer "aumentos de otros impuestos ni reducción del gasto social". El secretario de Estado de Hacienda, Juan Costa, que se mostró ayer satisfecho por el respaldo obtenido, insistió en que no es la intención del Gobierno llevar a cabo medidas de este tipo.
Los sindicatos UGT y CC 00, por su parte, señalaron que el coste de la reforma será de 600.000 millones de pesetas y que ello im pedirá al Gobierno cumplir sus compromisos sobre pensiones que cifraron en 900.000 millones de pesetas. De ser así, "supondrá una quiebra del diálogo social y el Gobierno tendrá la respuesta que se merece", según el representante de UGT, Pedro Díaz Chavero.
Favorece a los ricos
Julián Ariza, representante de CC 00, añadió que la reforma favorecerá a los ricos. Según sus cálculos, "unos 140.000 contribuyentes que declaran más de 10 millones de pesetas de ingresos se van a ahorrar 115. 000 millones de pesetas, un millón por cabeza, mientras que siete millones de contribuyentes de rentas bajas sólo tocan a 19.000 pesetas". El dictamen del CES es, en su parte crítica, un calco de las posiciones que con anterioridad había formulado la CEOE. Se considera que la reforma tendría que ser 11 más ambiciosa" y que el tipo máximo debería ser del 40%, en lugar del 48% que plantea el Gobierno, aunque admite que esto se deje para más adelante.
Añade que debería limitarse "la excesiva progresividad" del actual impuesto, lo que significaría una menor aportación de las rentas más altas. Rechaza que se mantenga la tributación de las plusvalías al 20% y propone que dejen de pagar el IRPF cuando pasen unos años entre la fecha de compra y de venta de un bien. El dictamen del CES se detiene en aspectos de más detalle. Por ejemplo, rechaza una novedad del IRPF que hasta ahora había pasado inadvertida. Se trata de que la desgravación por hijo mayor de 16 años en la base -200.000 pesetas por los dos primeros y 300.000 por el tercero y siguientes- se eliminará cuando éstos cumplan 25 años. Hasta ahora, la deducción en cuota se podía aplicar hasta los 30 años, límite al que había elevado el Gobierno socialista.
La nueva fiscalidad de la vivienda resulta inadecuada, según el CES. "Si se compara con el [sistema] actual es muy posible que se reduzcan los apoyos fiscales [a la vivienda] sin que ni siquiera esté suficientemente garantizado un régimen transitorio eficaz para compensar esas diferencias a quienes adquirieron su vivienda contando con algunos apoyos que ahora se retiran", dice el CES.
Al respecto, Costa dijo que los contribuyentes con ingresos inferiores a dos millones de pesetas y que deducen en la actualidad por compra de vivienda -el 50% del total- tendrán un ahorro medio del 36% con el nuevo sistema.
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