Un general y tres coroneles rusos mueren en un ataque de guerrilleros chechenos

Siete muertos, entre ellos un general y tres coroneles rusos, y un número indeterminado de heridos dejó la emboscada que un comando guerrillero no identificado perpetró contra una columna militar en la que viajaban altos mandos militares rusos en el Cáucaso del Norte. El ataque, aparentemente, fue realizado por grupos armados que no controla el Gobierno del presidente independentista de Chechenia, Aslán Masjádov.

La matanza de los militares rusos se produjo cerca de la frontera administrativa entre las repúblicas de Osetia del Norte e Ingushetia. Un grupo de mandos del Estado Mayor General del Ejército ruso había salido desde Mozdok, la ciudad norosetia que es sede de la jefatura del Distrito Militar del Cáucaso del Norte, en misión de inspección cuando, al pasar por una zona boscosa, se vio atacado por un grupo guerrillero que utilizó lanzagranadas y fusiles automáticos. La resistencia de los rusos fue escasa, ya que la columna de vehículos del Estado Mayor General no iba escoltada por vehículos blindados. Fuentes de la fiscalía militar informaron de que entre los muertos figuran el teniente general Víktor Prokoperiko, del Estado Mayor General, y entre los heridos graves, el coronel general Nikolái Mujin, vicecomandante de Artillería y Misiles del Ejército de Tierra.

Serguéi Stepashin, el ministro del Interior en funciones, dijo que los atacantes eran guerrilleros chechenos que escapan al control del Gobierno de Grozni. Stepashin se entrevistó ayer con el viceprimer ministro checheno, Kazbek Majashev, para reanudar la colaboración entre ambos ministerios del Interior con el fin de combatir el crimen, y declaró que las autoridades de Grozni están colaborando con Moscú para tratar de encontrar a los atacantes y aniquilarlos.

El ministro de Defensa ruso, Ígor Serguéyev, ordenó al jefe del Estado Mayor General, Anatoli Kvashnín, y al comandante del Distrito Militar del Cáucaso del Norte, Víktor Kazántsev, que partieran inmediatamente al lugar del ataque y que encabezaran la operación para perseguir a los presuntos guerrilleros chechenos. Las tropas rusas comenzaron ayer a peinar la zona boscosa en la frontera entre Osetia del Norte e Ingushetia, mientras los helicópteros sobrevolaban las montañas, tarea que se vio diricultada por el tiempo, que empeoró bruscamente.

El ataque contra los militares rusos se produjo al día siguiente del secuestro de 10 guardias fronterizos rusos en Ingushetia. Los soldados fueron capturados por sorpresa y todo parece indicar que fueron conducidos a la vecina república de Chechenia.

A pesar de estos últimos ataques contra soldados rusos, Moscú, interesado en restablecer los lazos de colaboración con Chechenia, se ha abstenido de culpar al Gobierno de Grozni. Por el contrario, Stepashin y Majashev acordaron ayer que el ministerio del Interior ruso reabrirá su oficina en Grozni y que se establecerán grupos de investigación conjuntos para afrontar los frecuentes casos de secuestros y los actos terroristas. Se ha acordado asimismo realizar patrullas conjuntas en los trenes que van de Chechenia a Rusia y, en el futuro, las zonas fronterizas. El presidente de Chechenia, Aslán Masjádov, condenó el ataque contra los soldados rusos y aseguró que las autoridades de la república son ajenas a él.