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Detenido en Italia un general acusado de cobrar 85 millones a Ia familia de un secuestrado

La detención ayer en Roma de Francesco Delfino, el general de carabineros con más condecoraciones de Italia, Implicado en la turbia negociación económica de un secuestro, ha conmocionado al país. Delfino, de 60 años, un hombre con una brillante aunque polémica carrera, recibió supuestamente 85 millones de pesetas de la familia de Giuseppe Soffiantini, secuestrado por un clan sardo, para pagar a un informador y activar su liberación. En el alojamiento del general han sido hallados 30 millones de liras (unos 2,5 millones de pesetas) y las dos bolsas de deportes en las que fue transportado el dinero.

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Al menos un billete de 100.000 liras, de los encontrados en su domicilio, tenía la misma numeración de los seleccionados por la familia de Soffiantini para pagar al confidente.El caso Delfino ha desatado una agria polémica entre quienes consideran que se le está instrumentalizando para atacar al prestigioso cuerpo de carabineros y quienes creen que hay que llegar hasta el final en la investigación sobre el general, sea cual sea su graduación y el prestigio de la institución a la que pertenece. En el primer grupo figuran, sobre todo, los portavoces del Polo, la coalición de oposición, que ayer reclamaron un debate en el Parlamento sobre el tema. El Gobierno, por su parte, por boca del jefe del Ejecutivo, Romano Prodi, ha reiterado su confianza en ese cuerpo sin escatimar elogios a su contribución esencial a la seguridad del país. En cuanto a los carabineros, su comandante general, Sergio Siracusa, declaraba ayer al Corriere della Sera estar persuadido de que no existe compló alguno contra la institución y reafirmaba la inocencia del mando en las maquinaciones del general Delfino, inspector de la Escuela de carabineros, caso de que se demuestren los cargos que se le imputan.

Episodio oscuro

Al margen del trasfondo político del suceso, la detención de Delfino y la del empresario Giordano Alghisi, que intervino como mediador de la familia Soffiantini, ha sido cualquier cosa menos un episodio claro. El nombre del general apareció por primera vez ligado al secuestro de Giuseppe Soffiantini en los periódicos del fin de semana, sin que haya estado nunca clara la pista que ha conducido a la fiscalía de Brescia (Lombardía) hasta el alto oficial de carabineros. La prensa ha mencionado la existencia de una conversación telefónica grabada por la policía, en la que los dos hijos mayores de Soffiantini -Carlo y Giordano- se lamentaban de haber tenido que entregar mil millones de liras "en negro" por la liberación de su padre. A partir de ahí, dicen, el juez Fabio Salamone que investiga el secuestro ha llegado a Delfino. Posteriores registros domiciliarios darían después con el dinero marcado y lo que es más grave, con las dos bolsas de deportes usadas por Giordano Soffiantini para transportar el dinero del rescate. Eran bolsas que no están a la venta, que llevan el nombre de la empresa del suegro de Giuseppe Soffiantini.

Otra versión apunta a que la detención se produjo a raíz de las declaraciones efectuadas por Giordano Soffiantini a los magistrados el pasado sábado. Al parecer, el relativo sigilo está relacionado con las amenazas proferidas por Delfino contra el segundo hijo del industrial Soffiantini. Son muchos, no obstante, los cabos sueltos y las preguntas sin respuesta. La liberación de Giuseppe Soffiantini se produjo el 9 de febrero pasado tras pagar la familia 450 millones de pesetas en dólares a los captores del empresario. El pago del rescate, pese a que la ley italiana lo prohibe terminantemente, fue autorizado por el Gobierno y los medios de comúnicación se ocuparon de" informar de la polémica suscitada por esta excepcional decisión.

Explicación

Tras unas primeras declaraciones amenazadoras, el general Delfino concedió entrevistas a diversos medios de comunicación en las que aseguraba que todo tiene una explicación conforme a la ley. El dinero encontrado en su casa era suyo, sí, pero después de todo se trata de una cantidad modesta para un hombre de su posición. Cierto que tenía también una pequeña caja fuerte para guardar joyas y dinero. Y en cuanto a las bolsas de deporte, el general considera que esa explicación debe reservarla para los magistrados.No será la primera vez que Delfino, un oficial ligado a la investigación de los casos más famosos que han jalonado la historia delictiva de la Primera República, tenga que responder a un magistrado. En 1993 fue acusado por el fiscal antimafia de Milán de no haber impedido dos secuestros pese a saber que iban a producirse, con objeto, probablemente, de lograr un sonado éxito policial al resolverlos. Estos antecedentes figuran en la orden de arresto contra el general firmada por el juez instructor de Brescia que justifica la decisión debido a la "peligrosidad social" de Delfino, que había llegado a amenazar a la familia del industrial secuestrado. Francesco Delfino fue internado ayer, dada su delicada salud, en el hospital militar de Celio.

Según la reconstrucción de los hechos, que ha trascendido a la prensa, el contacto con el general Delfino se produce en diciembre del año pasado, cuando los hijos del empresario secuestrado temen seriamente por su vida ante la absoluta falta de noticias. Acaba de fracasar una operación policial para liberarlo, única vía posible ya que en Italia desde 1991 la ley impide pagar en caso de secuestro. Giordano Alghisi propone la mediación del general Delfino, primero a Carlo Soffiantini, que la rechaza, y luego a su hermano Giordano que la acepta. Dado que el informador del general necesita un estímulo económico para ponerse en marcha, Giordano Soffiantini se moviliza para conseguir mil millones de liras en billetes de 100.000 (unos 85 millones de pesetas) y se los entrega en sendas bolsas de deportes a Alghisi, con destino a Delfino. La operación se cierra el 5 de enero. Un mes después Soffiantini es liberado. El secuestro ha durado ocho meses, ha provocado un reguero de muertes y ha dejado una estela de preguntas sin respuesta.

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