Una institución bajo sospecha

El caso del general Francesco Delfino, detenido por un grave delito de concusión (exacción arbitraria hecha por un funcionario público en provecho propio), no es el único que empaña el buen nombre del cuerpo de Carabineros. En estos momentos hay otros dos oficiales de alto rango investigados por conducta irregular. Uno de ellos es el propio comandante en jefe de esa institución militar, el general Sergio Siracusa.Las acusaciones en el caso de Siracusa tienen que ver con las competencias y atribuciones de su puesto. La fiscalía de Venecia le investiga por el supuesto delito de abuso de cargo y favorecimiento.

Más graves son las acusaciones que pesan sobre el general Mario Mori, de 59 años, comandante de uno de los cuerpos especiales de la institución, el Reagrupamiento Operativo Especial (ROS). En este caso es la fiscalía de Palermo la que investiga un presunto delito de falso testimonio. Según los fiscales, Mori habría jurado en falso en el proceso de un ex funcionario de los servicios secretos condenado por asociación mafiosa.

Siracusa ha defendido la actuación de su subordinado Mori, plenamente apoyado por el Cuerpo. Más delicada es la cuestión de Francesco Delfino,que, según Siracusa, habría actuado por libre en el delicado asunto del secuestro de Giuseppe Soffiantini.