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PRIMARIAS SOCIALISTAS

El PSOE delegará en las agrupaciones locales el envío de las papeletas a todos los militantes

Javier Casqueiro

, Joaquín Almunia y José Borrell aceptaron ayer como válidas e igualitarias las normas que regulan las primarias con las que el PSOE seleccionará a su candidato a presidente del Gobierno. Las quejas y las "legítimas preocupaciones" expresadas días atrás por Borrell sobre este procedimiento quedaron disipadas tras la reunión de la Ejecutiva Federal. Al menos de momento. La ejecutiva rechazó la petición de Borrell de enviar cartas con las papeletas de los dos candidatos a cada uno de los 383.000 militantes del partido. Pero esa operación, que costaba 26 millones de pesetas, se resolverá por una vía más austera. Las papeletas llegarán a los domicilios de los afiliados, pero remitidas desde su agrupación local.

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La otra gran demanda de Borrell, que los más significados dirigentes del partido no se pronunciasen apocalípticamente sobre las secuelas de su hipotética victoria, también se abordó, pero con resultados menos satisfactorios para él. Almunia volvió a pedir que no se "especule" con su dimisión como secretario general del PSOE si perdiera estas elecciones, pero también admitió que es normal y hasta bueno que todos los socialistas hagan uso de su "libertad de expresión".Borrell fue menos explícito y crítico en el seno de la Ejecutiva Federal que trataba sus últimas reclamaciones que en los actos donde las había avanzado. El ex ministro catalán había recapitulado en los últimos días una lista de agravios menores frente al aparato del partido. Llegó a denunciar que este proceso que experimenta el PSOE dejaría de tener sentido si no se cumplía con total transparencia y limpieza. El secretario de Organización del PSOE, Cipriá Ciscar, se empeñó en dejar claro, tras la reunión de la ejecutiva, que ninguno de los dos candidatos había planteado trabas a cómo se están llevando las primarias sino más bien todo lo contrario.

Borrell, efectivamente, sí reclamó la posibilidad de enviar la papeleta a todos los afiliados y requirió una explicación a las especulaciones de destacados dirigentes del partido y especialmente de José Bono sobre una posible derrota de Almunia. Ciscar replicó al primer planteamiento ofreciendo la solución de que sean las 4.800 agrupaciones locales del PSOE las que manden a las casas de sus respectivos afiliados las papeletas de los dos aspirantes junto a la notificación del día de la votación. Ese sobre se remitirá entre los días 17 y 20 de abril. Fuentes de la dirección del PSOE aseguran que Borrell aceptó de buen grado esta vía.

Mayor neutralidad

Al segundo requerimiento, el de una mayor neutralidad de los más relevantes dirigentes, respondió Almunia. El secretario general recordó a Borrell que él no había avivado esa polémica durante la campaña. Ayer, además, solicitó a los componentes de la Ejecutiva que no "especulasen" sobre esa posibilidad hasta después de la votación, que se producirá entre las 13.00 y las 21.00 horas del 24 de abril, una hora más de las previstas.Ciscar reconoció ayer que uno de los asuntos a debate fue el de la participación de los votantes. La dirección del PSOE ha considerado que muchos afiliados trabajarán esa jornada, que otros residen en lugares distintos de donde están censados y que no se permite el voto por correo, que sí se facilitó durante las primarias vascas con resultados poco positivos. Por esas razones, en el PSOE tacharían como "excelente" y "espléndida" una participación que rondase los 200.000 votantes, el 52% del total.

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La dirección del PSOE concluyó de todo ello que los militantes socialistas tendrán el privilegio de determinar el 24 de abril no sólo 'su candidato sino el próximo presidente del Gobierno. Ciscar lo resumió así: "Existe la convicción de que tras las próximas elecciones va a haber un presidente nuevo, distinto y socialista".

En ese contexto, Almunia empezó a recibir ayer respuesta a su carta a las formaciones de izquierda y los sindicatos para movilizarse conjuntamente contra el proyecto de reforma del IRPF del Gobierno, que en el PSOE descalifican como "contrarreforma del PP que alivia a unos pocos, los más ricos, con cierto disimulo". Entre las medidas contra las que el PSOE pretende capitalizar la unión de la izquierda y los sindicatos, se incluyen el recetazo y un posible canon para el pago de la televisión pública. Desde CCOO, UGT y Nueva Izquierda se escuchan voces más que receptivas.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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