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Reportaje:

El santuario de los artesanos

Un arquitecto levanta en Sevilla la Nueva una miniciudad para impulsar lo "hecho a mano"

Un oasis de la artesanía en mitad de un desierto copado por las máquinas. Con esta vocación nace el Pueblo Artesano que un arquitecto está levantando en el municipio de Sevilla la Nueva. Parte con un doble objetivo: unir a los artistas de la región para sacar de la crisis al sector y convertir a la localidad en referente turístico. Y, aunque no lo pregone, el promotor de la idea, Adolfo Pillado, tiene aún un tercer motivo "personal": rescatar los fragmentos de una infancia que discurrió entre los ebanistas, curtidores y plateros de la aldea orensana de Novás, donde nació. "La actividad artesanal se desmembró en mi pueblo y está en vías de extinción en la mayoría de los sitios, por eso pretendo poner un granito de arena para que sobreviva" dice Pillado.Así que compró 14.000 metros cuadrados de suelo y los dividió en tres calles que serán peatonales y empedradas. Por el momento, en esa manzana de terreno se han levantado dos edificios diáfanos, donde casi un centenar de artesanos podrá instalar sus talleres para laborar, exponer y vender los productos. Y aún queda sitio para una escuela para que los jóvenes puedan aprender un oficio, desde la forja a la pintura, o desde el textil, el cuero, la plata y el barro a la madera. En su planta baja, los edificios muestran unos portones enrejados y con cristales que separan el territorio de cada artista', para que se pueda ver trabajar a cada autor desde fuera. Mientras que dentro de cada habitación los acabados son de madera, los techos abuhardillados y fluye la luz cenital. "Hemos proyectado lugares muy despejados para favorecer la comunicación con el público, que tanto necesitan los artistas, y se pueda enseñar el fruto de la creación artesanal", explica el artífice del Pueblo Artesano.

Todo el proyecto cuesta 1.000 millones de pesetas, de los que una pequeña parte la aportarán los propios artesanos mediante el pago del alquiler o la propiedad del taller. "Hay muchas personas que van a trasladarse a Sevilla la Nueva con las que ya estamos negociando las condiciones más cómodas para que puedan pagar", aclara Pillado. A finales de abril estará finalizada la primera fase.

Las razones que inclinaron al arquitecto por Sevilla la Nueva fueron concluyentes: el municipio está a 30 minutos de la capital, en un bello paraje a la caída de la sierra de Guadarrama, con buenos accesos por carretera; el suelo es barato y es un ejemplo de respeto al medio ambiente, con calles y plazas de limpieza escrupulosa. "Su encanto y el poder de convocatoria de los maestros en artesanía incrementarán el turismo", imagina Pillado.

Para garantizar el futuro de quienes se instalen en el Pueblo Artesano, se ha previsto que cuenten con una red de distribución de sus productos: podrán acordar con cualquier empresa la venta de sus trabajos a precio de coste a cambio de una venta fija mensual.

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